Santo Domingo. – Con el carisma y autenticidad que la caracterizan, la cantante y ganadora del Latin American Idol, Martha Heredia, ha encontrado en la cocina un nuevo espacio para compartir su esencia con el público. Su más reciente proyecto, “Cocina con Maita”, es mucho más que una serie de recetas en redes sociales: es un lugar de emociones, conexión y propósito.
Del alma a los fogones
“Todo empezó en un momento en el que me sentía muy sola”, revela Martha. “Cocinar me hace muy feliz, me ayuda a despejar la mente. Es como una terapia para mí”. Fue su pareja quien la motivó a dar el siguiente paso y transformar esos momentos espontáneos frente al fogón en contenido para compartir. Así nació “Cocina con Maita”, hace ya cuatro meses.
¿Por qué “Maita”?
“El nombre se lo inventó mi marido”, dice entre risas. “Siempre me relaja porque hablo con la ‘i’, así que quedó perfecto y auténtico. Desde que lo escuché, me encantó”.
Una pasión que viene de lejos
La relación de Martha con la cocina viene desde la infancia. Participó en MasterChef no por fama, sino por amor genuino a la gastronomía. “Me apasiona tanto, que no me importa si hay cámaras o no. Es algo que me nace del alma”, asegura.
Su especialidad es la comida típica dominicana, y recuerda con especial cariño el plato que marcó el inicio de su proyecto: patitas de cerdo con arroz blanco, tostones y aguacate. También confiesa que el primer plato que aprendió a preparar, a los 13 años, fue un tradicional locrio.
Un espacio con propósito
“Cocina con Maita” no solo muestra recetas, sino que transmite alegría y autenticidad. “Cuando me toca cocinar en casa, grabo la receta. Otras veces, las elijo por medio de encuestas con mis seguidores”, explica.
Para Martha, este proyecto es también una plataforma con propósito social, y ya visualiza futuros pasos como un recetario y hasta un restaurante. “¡Claro que sí! Esperen ambas cosas en el futuro”, afirma con entusiasmo.
Un viaje de autodescubrimiento
Más allá de la música o la cocina, “Cocina con Maita” ha sido una experiencia de autoconexión. Un recordatorio de que, a veces, el calor del hogar comienza con un buen sazón y mucho corazón.