Para muchos jóvenes tener un «piercing» en la lengua es una expresión de individualidad. Sin embargo, esta práctica conlleva riesgos asociados y requiere cuidados específicos para prevenir complicaciones.
A pesar de ser una práctica antigua, en los últimos años, llevar un piercing en la lengua se ha convertido en una tendencia estética popular entre los jóvenes. Sin embargo, esta moda no está exenta de riesgos y requiere cuidados específicos para evitar complicaciones.
Tener un pendiente en el medio de la boca puede tener consecuencias negativas para la salud que debes conocer antes de perforarte. Si estás considerando unirte a esta tendencia o ya tienes una joya lingual no dejes de leer esta información importante para asegurar una experiencia segura y saludable.
Perforar la lengua
Colocarse una joya en la lengua y tener un objeto duro que se mueve de manera constante en la boca tiene consecuencias negativas para la salud bucodental. Para comprender los riesgos y peligros asociados a esta moda, debes tener en claro cómo se ponen los pendientes y cómo sana el cuerpo luego de la perforación.
¿Cómo se colocan los piercings linguales?
Colocar un piercing en la lengua requiere un entorno estéril, un profesional experimentado y seguir los cuidados adecuados para evitar complicaciones y asegurar una cicatrización exitosa. Una vez que has elegido un perforador confiable y tienes tu pendiente, el procedimiento es el siguiente:
- Desinfección del área de la lengua donde se colocará la joya.
- Marcado del lugar exacto en el que se colocará el pendiente.
- Sujeción de la lengua con una pinza con un hueco para mantenerla inmóvil durante la perforación.
- Perforación de la lengua en el sitio marcado con una aguja hueca esterilizada, en general desde la parte inferior hacia la superior.
- Colocación del pendiente en el hueco de la aguja. A medida que se retira la aguja, la joya se introduce en la perforación.
- Se asegura el pendiente con su cierre, que suelen ser dos bolitas metálicas atornilladas.
El proceso se realiza sin anestesia bucal, pues los profesionales que hacen perforaciones no están capacitados para ello; por lo tanto, sentirás dolor.
Si estás considerando colocarte un piercing lingual, lo primero que debes hacer es elegir con cuidado el lugar y la persona que realizará la perforación. Es fundamental acudir a un establecimiento especializado que cumpla rigurosamente con los protocolos de higiene y esterilización. Evita los sitios poco confiables y nunca intentes hacerlo por cuenta propia.
Luego deberás buscar la joya apropiada y asegúrate de no ser alérgico al material. También es recomendable realizar la perforación cuando tu estado de salud sea óptimo. Para evitar complicaciones y favorecer la cicatrización, presta atención de no tener lastimaduras, llagas o ampollas en la boca ni estar resfriado.
El proceso de cicatrización
Por lo general, el proceso de cicatrización de un piercing en la lengua suele durar entre cuatro y ocho semanas. Sin embargo, el tiempo de curación depende del tipo de perforación y de cómo cuides tu nueva joya.
Los primeros 4 o 5 días, la lengua tendrá un agujero que puede causar algunas molestias y te tomará cierto tiempo acostumbrarte. Durante estos días es habitual presentar hinchazón y dolor.
Luego de la primera semana, la inflamación y el dolor deberían empezar a disminuir, aunque las molestias pueden persistir hasta 30 días. La superficie lingual puede comenzar a mostrar signos de cicatrización, pero luego de un mes, es posible que el agujero aún no esté cerrado por completo.
Es a partir de los 40 a 60 días, de realizada la perforación, cuando los tejidos alcanzan la etapa final de cicatrización, sin dolor ni hinchazón. Tu perforador revisará la evolución de la herida y podrá indicarte si está todo en orden y puedes retomar tus hábitos normales.
¿Qué cuidados debes tener?
Luego de colocarte una joya en la lengua es fundamental que tengas ciertos cuidados para asegurar una recuperación rápida y evitar complicaciones. Estas son algunas recomendaciones para curar un piercing que no debes pasar por alto:
Higiene bucal
Usa un cepillo de cerdas suaves y pasta dental con flúor para cepillarte los dientes todos los días de la manera habitual. También debes continuar con el uso del hilo dental para mantener tu dentadura limpia.
La higiene lingual deber realizarse con cuidado y suavidad, usando un cepillo suave. Evita el uso de raspadores durante las primeras semanas para no lastimarte.
Utiliza un enjuague bucal sin alcohol para eliminar restos de comida y bacterias. Evita los líquidos con alcohol ya que pueden irritar la herida.
Enjuagues con sal
Las semanas siguientes a la perforación realiza enjuagues con agua tibia y sal dos o tres veces al día, en especial luego de comer. Estos buches ayudan a mantener el área limpia y a minimizar el dolor y la hinchazón.
Alimentación
Qué comer con un piercing en la lengua es una gran duda de los usuarios de estas joyas. Ser cuidadosos con la alimentación te ayudará a curar mejor y prevenir complicaciones.
Consume alimentos blandos y fríos, como puré de manzana, helados suaves y yogur, sobre todo los días siguientes a la perforación. El frío ayuda a calmar el dolor y disminuir la inflamación.
Durante el proceso de curación deberás evitar los alimentos muy calientes, ácidos, picantes y duros. Estos pueden irritar la herida y causar incomodidad.
Además, debes evitar comidas muy pequeñas, como aquellas que contienen semillas. Pues podrían meterse en la herida y causar complicaciones e incomodidad.
Otros cuidados
Hasta que la herida termine de cerrarse no deberías consumir alcohol, cafeína, aspirinas ni fumar. Estas prácticas pueden aumentar el riesgo de hemorragias e incrementar el dolor y la hinchazón.
Tampoco podrás dar besos franceses ni practicar sexo oral hasta que hayas sanado por completo. De lo contrario, podrías lastimarte y aumentar el riesgo de infecciones.
No juegues con las joyas, ni las muerdas o muevas hacia los lados, para no interrumpir el proceso de curación. Estas prácticas también pueden provocar problemas dentales, como desgastes y fisuras de los dientes o encías retraídas.
Las perforaciones recién hechas tienden a cerrarse si retiras la joya. Por ello, no deberías quitarte tu pendiente por más de tres horas. Si deseas cambiarlo por otro, saca el actual y coloca el nuevo de inmediato.
En los primeros días, considera consultar a tu médico sobre la toma de un antiinflamatorio de venta libre para reducir las molestias y la inflamación. Permanece atento a cualquier signo de complicaciones y consulta a un profesional de la salud si sospechas una infección.
¿Cuándo es seguro cambiar las joyas?
Aunque la pieza de joyería inicial de tu piercing puede no ser la que prefieras, es recomendable que permanezca en su sitio durante al menos las primeras ocho semanas. Cambiar el perno demasiado pronto puede aumentar el riesgo de desgarros e infecciones. Además, el agujero puede cerrarse si se retira antes de tiempo.
Visita a tu perforador para realizar el primer cambio de joya. De esta manera, podrá cerciorarse de que la herida ha sanado y te mostrará la manera correcta de colocarte los nuevos pendientes.
Riesgos y complicaciones de los piercings en la lengua
Colocarse piercings en la boca puede acarrear serias complicaciones y riesgos para la salud oral y general. La Asociación Dental Americana (ADA) desaconseja este tipo de perforaciones debido a los múltiples peligros asociados.
Te contamos las principales desventajas y riesgos relacionados con esta moda.
Complicaciones inmediatas y a corto plazo
Durante la colocación de la joya y en el proceso de cicatrización, pueden suceder varias situaciones peligrosas que debes considerar:
- Nervios dañados: durante la perforación se puede dañar los nervios de la lengua, causando neuralgias o insensibilidad en la zona.
- Reacciones alérgicas: algunas personas pueden experimentar reacciones al metal o materiales con el que está fabricado el pendiente.
- Hemorragias: la perforación de los numerosos vasos sanguíneos que irrigan la lengua puede causar sangrados prolongados y difíciles de detener.
- Interferencia en las funciones orales: tener un objeto extraño en el medio de la boca puede dificultar la pronunciación, masticación y deglución.
- Dolor e inflamación: al romper los tejidos de la lengua, es común experimentar dolor, hinchazón y entumecimiento en los días posteriores a la perforación.
- Infecciones: la boca alberga numerosas colonias de bacterias que pueden ingresar en la herida e infectarla. Si no se recibe un tratamiento oportuno, el cuadro puede complicarse y afectar otras zonas del cuerpo.
En muchos países hay un número creciente de salones de perforación sin licencia. Sin cuidados estrictos, estos lugares pueden actuar como posibles vectores de transmisión del tétanos o hepatitis.
Riesgos a largo plazo
Tener una joya lingual también puede causar problemas de salud a lo largo del tiempo. La presencia de un objeto duro y extraño en la boca entorpece sus funciones y puede originar estas situaciones asociadas:
- Infecciones: las joyas pueden ser nicho ideal para la proliferación de bacterias y el desarrollo de infecciones, sobre todo si no se tiene una higiene y cuidados adecuados.
- Desgaste dental: el trauma del aro sobre los tejidos dentarios provoca el desgaste del esmalte dental. Con el tiempo, los tejidos más profundos pueden quedar expuestos causando sensibilidad y dolor.
- Dientes astillados o fracturas dentarias: el constante golpeteo del pendiente contra los dientes puede causar fracturas o fisuras dentales, ocasionando piezas dentarias debilitadas o roturas. Los daños también pueden producirse sobre restauraciones dentarias.
- Retracción de las encías: el roce continuo del piercing con las encías puede causar su retracción, es decir, el alejamiento del tejido del trauma, ocasionando la exposición de las raíces dentarias. Esto aumenta el riesgo de hipersensibilidad dental, caries y enfermedades periodontales.
¿Cuándo ver al medico?
Es fundamental estar atento a cualquier signo de complicación después de hacerse un piercing lingual. Si la lengua se hincha hasta el punto de dificultar la respiración, es crucial buscar atención médica de inmediato.
Además, debes prestar atención a los síntomas de infección:
- Fiebre
- Mal olor
- Temblores
- Escalofríos
- Dolor severo
- Secreción purulenta
- Hinchazón persistente
- Enrojecimiento extendido
- Bulto alrededor del piercing
- Sensación de latidos en la lengua
- Rayas rojas alrededor del sitio de perforación
Si presentas estas manifestaciones debes consultar a un dentista o médico con urgencia. El profesional te recetará antibióticos e indicará los cuidados necesarios para tratar la infección y prevenir su propagación a otras partes del cuerpo.
Si crees que has desarrollado una infección, tu perforador no es la personada adecuada para solucionar el problema. Debes llamar a un médico para recibir un tratamiento oportuno.
El odontólogo como aliado
Tener un piercing en la lengua conlleva muchos riesgos y los dentistas no lo recomiendan. Sin embargo, si decides proceder con la perforación, tu odontólogo debe ser un aliado para mantener tu salud bucal y evitar complicaciones.
Se recomiendan visitas regulares al dentista para controlar cualquier problema asociado a la presencia de la joya, como cortes, traumatismos dentales y recesión de las encías. Con la atención adecuada, los cuidados necesarios y vigilando de cerca, podrás unirte a esta moda de forma segura.