Bruselas envía «una señal» al primer ministro Viktor Orbán por su ‘misión de paz’ contraria a la política del bloque y boicotea una reunión que estaba prevista en Budapest.
La UE ha despojado a Hungría del derecho a acoger la próxima reunión de ministros de Asuntos Exteriores y Defensa, que debía celebrarse en Budapest en agosto, en respuesta a «la descalificación de la política de la Unión Europea» que supone la postura del país ante el conflicto de Ucrania. En su lugar, la cumbre se celebrará en Bruselas, confirmó el lunes el alto representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad de la UE, Josep Borrell.
En una rueda de prensa en la capital belga, el alto funcionario dijo que, dado que
25 de los 27 Estados miembros de la UE condenan la ‘misión de paz’ del primer ministro húngaro, Viktor Orbán, por ser contraria a la política del bloque, es necesario «enviar una señal, aunque sea simbólica», de que ese comportamiento «debe tener algunas consecuencias».
En este sentido, señaló que, si bien la política exterior es un asunto soberano de cada Estado, «en la medida en que son miembros de este club [la Unión Europea], tienen que obedecer a los tratados […], que piden una cooperación leal y la aplicación de las posiciones comunes en política exterior«. «Cualquier supuesta ‘misión de paz’ que ignore estos fundamentos básicos, al fin y al cabo, solo beneficia al [presidente de Rusia, Vladímir] Putin y no traerá la paz», sostuvo.
Anteriormente, se informó que Borrell planeaba reunir a los ministros de Exteriores europeos en las mismas fechas que una reunión similar prevista en Budapest para evitar que viajaran a Hungría.
El boicot europeo a Hungría
El 2 de julio, un día después de asumir la presidencia del Consejo de la UE para los próximos seis meses, Orbán partió de viaje para reunirse con actores clave en torno al conflicto en Ucrania. Durante su gira habló con el líder del régimen ucraniano, Vladímir Zelenski, con Vladímir Putin, con el presidente chino, Xi Jinping, y con varios líderes europeos, así como con el candidato presidencial estadounidense Donald Trump y con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.
A mediados de julio, el Parlamento Europeo condenó la visita de Orbán a Rusia para abordar la crisis ucraniana, calificándola de «una flagrante violación de los tratados y la política exterior común de la UE» y advirtiendo que «Hungría debe enfrentarse a repercusiones por esas acciones».
Por su parte, el jefe del Consejo Europeo, Charles Michel, dijo que Orbán no tiene el mandato pertinente para negociar sobre Ucrania.
A su vez, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, arremetió contra la visita del primer ministro húngaro a Moscú, tachándola de «misión de apaciguamiento», así como reafirmó el apoyo de la UE a Ucrania en su conflicto con Rusia y llamó a «construir una verdadera Unión Europea de Defensa».
Por su parte, el portavoz presidencial ruso, Dmitri Peskov, comentó que esa idea de Von der Leyen «confirma una vez más la actitud de los Estados europeos hacia la militarización, la creación de tensiones, el enfrentamiento y la utilización de métodos de confrontación en su política exterior».
Posteriormente, se reportó que, en respuesta a las acciones de Budapest, los países de la Unión Europea estudiaron sacar a Hungría de la presidencia del bloque comunitario.