Claire Michel, triatleta de Bélgica, fue internada por gastroenteritis tras su participación en los Juegos Olímpicos. Se especuló con que la contaminación del río Sena haya sido la culpable.
La contaminación del río Sena, en París, es tema de discusión hace años. Sin embargo, con los Juegos Olímpicos 2024 en marcha, se reavivó la polémica. Muchas competiciones tuvieron que diferirse y hasta se habló de suspenderlas, debido al riesgo para la salud que representaban las aguas para los atletas.
El caso de Claire Michel, corredora de triatlón para Bélgica, no hizo más que avivar la polémica. Tras competir en su disciplina, tuvo que ser internada por vómitos y diarrea.
La primera sospecha fue que se había contagiado de Escherichia coli en el Sena, al nadar allí el 31 de julio. Inclusive, el equipo olímpico belga de triatlón se retiró de la competencia de relevos mixtos porque no podía contar con ella, que estaba de baja por enfermedad.
En medio del revuelo mediático, la misma Claire Michel aclaró en sus redes sociales que no era E. coli la bacteria responsable de su problema de salud:
Los test sanguíneos mostraron que había contraído un virus, pero no era E. coli. Después de tres días con vómitos y diarrea, me quedé totalmente vacía. El domingo acabé necesitando más atención médica y pasé todo el día en la clínica.
El problema de la contaminación en el río Sena
El río Sena atraviesa el corazón de París. Por lo tanto, como sucede con todos los cursos de agua expuestos a la urbanidad, está muy contaminado.
En el año 1923 se prohibió nadar en él por razones de seguridad sanitaria. De hecho, ya los Juegos Olímpicos de 1924, realizados en la ciudad, no lo usaron para las competencias de natación, sino que se dispusieron piscinas para tal fin.
Lo cierto es que desde la Revolución Industrial hay un deterioro significativo en la calidad del agua del río. Las descargas industriales y el desecho residual de los baños promueven la proliferación de microorganismos capaces de causar enfermedades en humanos.
Con la proximidad de las Olimpíadas, la alcaldía de París inició un plan de saneamiento. Para que se realizaran las competencias, las aguas debían cumplir con ciertos criterios biológicos que exige la Unión Internacional de Triatlón.
Antes del día que tenía que nadar Claire Michel, no estaba asegurado ese mínimo exigible. Los organizadores especularon con realizar el triatlón sin la parte acuática, como alternativa. Finalmente, se aprobó la realización del evento.
La gastroenteritis de Claire Michel no es infrecuente en el triatlón
El caso de Claire Michel fue de gastroenteritis viral, según sabemos por sus declaraciones. Ahora bien, enfermar tras nadar en triatlón o en competencias de aguas abiertas no es algo fuera de lo esperable.
Sin ir más lejos, el año pasado, en el Campeonato Mundial de Triatlón que se disputó en Inglaterra, más de 50 participantes enfermaron con vómitos y diarrea. La cuestión es que tanto ríos, como lagos y mares, pueden estar contaminados con bacterias, virus y parásitos.
A ello hay que sumar condiciones propias de la competición. Por ejemplo, el intenso esfuerzo físico del momento, que reduce las defensas, así como el estrés. También hay una cierta deshidratación, cuando los kilómetros a recorrer son varios, que contribuye a la debilidad del sistema inmunitario.
De todas maneras, los expertos señalan que la exposición a los microorganismos de las aguas dulces no es razón suficiente para suspender estas prácticas deportivas. Se deben tomar precauciones puntuales y evaluar, en cada región geográfica, cuáles son los alcances del riesgo.
En el caso del río Sena, publicaciones del año 2019 ya advertían que la calidad microbiológica de sus aguas no daba seguridad a los atletas. Se habían identificado colonias densas de virus entéricos, giardias y criptosporos.
¿Cómo es la gastroenteritis viral que padeció Claire Michel?
Una vez que la triatleta belga desmintió tener una infección por Escherichia coli, muchos se preguntaron qué virus contrajo. Lo cierto es que no lo sabemos.
Los agentes virales más comunes, capaces de causar gastroenteritis, son los siguientes:
- Rotavirus: bastante frecuente entre niños pequeños.
- Adenovirus: también es más común en menores de 2 años, pero puede afectar a cualquier edad.
- Norovirus: en general, es el responsable de los brotes en ambientes cerrados, como cruceros, residencias geriátricas y eventos bajo techo. Es poco probable que Claire Michel haya sido víctima de este.
Además de vómitos y diarrea, la gastroenteritis viral desarrolla otros síntomas de manera algo explosiva. En 1 a 3 días aparecen y desaparecen los dolores abdominales, la fiebre y el malestar general.
No hay un tratamiento antiviral específico. Es decir, no se prescribe un fármaco, sino que se da soporte a la persona para que no tenga complicaciones ni se deshidrate.
El abordaje se basa en una buena rehidratación, por vía oral o endovenosa, con agua solamente o con sales de rehidratación oral. También se instaura una dieta de alimentos astringentes, como el arroz y las tostadas.
¿Y si hubiese sido E. coli?
Bajo el puente Alejandra III del río Sena, donde estaba el punto de largada de varias competencias olímpicas, los niveles de Escherichia coli eran elevados a finales de junio. Las lluvias llevaron la concentración a más de 2000 unidades formadoras de colonia cada 100 mililitros, lo que es un valor de claro riesgo de contagio.
Entonces, Claire Michel y cualquier otro atleta podrían haber contraído la bacteria. Y habrían sufrido una gastroenteritis.
Los síntomas son similares a los de una afección viral. Hay diarrea acuosa o con algo de sangre, cólicos en el abdomen, náuseas, vómitos y fiebre baja. Algunas cepas de E. coli provocan los signos con lentitud, mientras que otras son más explosivas.
Aunque se trata de una bacteria, no se recomiendan los antibióticos siempre. En la mayoría de las ocasiones, el tratamiento de soporte es suficiente.
¿Se pueden prevenir las gastroenteritis en los triatletas?
A pesar de las estrictas regulaciones que existen para la calidad del agua en este deporte, el riesgo siempre está. El mero hecho de nadar en aguas abiertas, expuestas a contaminación, genera la posibilidad de infectarse con virus, bacterias, parásitos u hongos.
Las mediciones previas a los eventos que se realizan para contabilizar las unidades formadoras de colonia son útiles. Se pueden suspender competiciones si no hay un mínimo de seguridad, pero el riesgo nunca es cero.
Claire Michel ya está recuperada y volverá a nadar en otros lugares, donde también se enfrentará a patógenos en el agua. Lamentablemente, su baja originó que el equipo de relevos de su país tuviese que abandonar sin participar.
De todas maneras, la polémica sobre la presencia de E. coli en el Sena, más allá del triatlón, es un aviso sobre la creciente contaminación del agua que usamos a diario. Es un problema que excede a París y que se replica en la mayoría de las ciudades del mundo.