En el trabajo, muchas personas se sienten atrapadas en tareas monótonas y repetitivas, sin recibir reconocimiento ni experimentar un sentido de logro. Esta frustración deteriora su salud física y mental, además de afectar negativamente su motivación y rendimiento.
El mito griego del rey Sísifo nos cuenta que el monarca fue condenado en el inframundo a empujar una roca colina arriba solo para verla rodar hacia abajo repetidamente, para toda la eternidad. Esta historia, que presenta la idea del esfuerzo inútil, repetitivo y agotador, se convierte en una metáfora perfecta para describir un nuevo trastorno laboral: la sisifemia.
En el acelerado mundo laboral del siglo XXI, el agotamiento físico y mental debido a la carga laboral excesiva se ha vuelto una experiencia común para muchos. Una gran proporción de trabajadores no disfruta de bienestar, lo que puede tener serias repercusiones en su salud y afectar su rendimiento.
¿Qué es la sisifemia en el trabajo?
La sisifemia, también conocida como «fatiga de los trabajadores» o síndrome de Sísifo, es un trastorno emocional y psicológico que se presenta en el entorno laboral moderno. Este concepto no es un término diagnóstico técnico, pero se refiere a la tendencia actual hacia la sobreexigencia.
Se refiere al alto nivel de agotamiento físico y mental que experimentan los empleados debido a la excesiva carga de trabajo y la constante persecución de metas inalcanzables. Esta condición se caracteriza por la frustración de no poder alcanzar los objetivos propuestos a pesar de realizar un esfuerzo de alto rendimiento.
La sisifemia provoca que los empleados desarrollen un pensamiento irracional de no ser lo suficientemente productivos, lo que los lleva a alargar su jornada laboral para intentar completar sus tareas. Esta dinámica de trabajo prolongada, de sobreexigencia y acumulación de horas extra pueden derivar en problemas graves de salud.
¿A qué se debe?
Las empresas modernas están evolucionando rápidamente, lo que a menudo conlleva un aumento significativo en la carga de trabajo. Cumplir con tantas exigencias puede resultar abrumador para muchas personas. Establecer objetivos que parecen imposibles de lograr puede ocasionar una constante sensación de futilidad.
Factores como un jefe poco comunicativo, una lista interminable de tareas repetitivas y un salario inadecuado pueden convertir la rutina laboral en algo tedioso y desmotivador. La sisifemia suele surgir de la combinación de un entorno laboral poco estimulante, una búsqueda constante de perfección y objetivos excesivamente difíciles de alcanzar.
Entre sus causas destacan las tareas repetitivas y monótonas que no ofrecen variedad ni desafíos, lo que conduce a una sensación de inutilidad. La falta de oportunidades de desarrollo profesional también contribuye a este sentimiento.
Además, la ausencia de reconocimiento y apreciación por el trabajo bien hecho agrava el trastorno. La falta de apoyo, comunicación y recompensas al esfuerzo exacerban la sensación de ineficiencia e insuficiencia.
El desequilibrio entre las altas exigencias laborales y la capacidad de los trabajadores para cumplir con esas demandas crea un ciclo de tareas interminables y metas inalcanzables, generando insatisfacción y frustración constantes.
¿Cómo reconocerla?
Puede que las tareas pendientes, las fechas de entrega y las exigencias de tu rutina laboral no te permitan notar que existe un problema. Sin embargo, prestar atención a cómo te sientes en el trabajo te ayudará a prevenir complicaciones de salud mental y mejorar tu productividad.
Los síntomas de la sisifemia pueden variar en cada persona, tanto en su naturaleza como en su intensidad. Los rasgos de personalidad y los estilos de afrontamiento influyen en cómo cada trabajador percibe y responde a las demandas laborales y su entorno de trabajo.
No obstante, podrías sospechar que padeces este trastorno si presentas algunas de las siguientes manifestaciones:
- Dificultad para mantener la concentración.
- Tendencia a notar muchos errores en el trabajo.
- Altos niveles de autoexigencia y perfeccionismo.
- Sensación persistente de cansancio y agotamiento físico y mental.
- Incomodidad en las relaciones debido a comparaciones constantes.
- Angustia cotidiana debido a la imposibilidad de alcanzar los objetivos.
- Falta de motivación, entusiasmo y energía para realizar las tareas diarias.
- Constante sensación de que el trabajo realizado no tiene propósito ni impacto.
- Necesidad de dedicar más tiempo al trabajo y reducción de los momentos de descanso.
- Altos niveles de estrés y ansiedad relacionados con la carga de trabajo y la falta de resultados visibles.
En casos severos, la sisifemia puede llevar a la depresión debido a la sensación de inutilidad y falta de reconocimiento.
¿Qué consecuencias tiene la sisifemia laboral?
La sisifemia laboral puede tener graves repercusiones en la vida de quien la padece. La constante presión y los altos estándares autoimpuestos, junto con la falta de satisfacción en el trabajo, pueden resultar en un agotamiento profundo. Esto se manifiesta no solo como cansancio, sino también con una mayor predisposición a sufrir enfermedades físicas y mentales.
Obsesión por el trabajo, ansiedad, depresión, trastornos del sueño, baja autoestima, sensación de angustia y aislamiento social son algunas de las consecuencias de esta condición.
La obsesión por alcanzar el éxito y el reconocimiento, combinadas con la presión constante, incrementan el riesgo de padecer ansiedad, depresión y trastornos del sueño. El estrés crónico y la fatiga mental afectan la capacidad cognitiva, reduciendo la atención, la concentración, la memoria y la habilidad para realizar análisis rápidos y efectivos.
Además, el desequilibrio entre el trabajo y la vida personal puede llevar a un aislamiento social significativo. El excesivo tiempo dedicado a lo laboral puede conducir a que la persona se aleje de sus afectos, evidenciándose en un cambio de comportamiento. Esto incluye la pérdida de interés en las relaciones personales, el ocio y los deportes.
Por otra parte, a nivel laboral, puede provocar una disminución en la productividad por el agotamiento mental y la falta de motivación. A nivel empresarial, esto se traduce en un aumento en la rotación de personal y un entorno de trabajo desalentador.
Estrategias para afrontar este problema laboral
Para afrontar este trastorno, primero es necesario reconocer que existe el problema. Tanto quien lo padece como sus empleadores pueden tomar cartas en el asunto y encontrar soluciones efectivas para revertir la situación.
Consejos para personas con sisifemia
Estar atento a tus síntomas y no desestimarlos te permitirá tomar una actitud proactiva en busca del bienestar que has perdido. Apunta estos consejos que pueden ayudarte:
- Mejora la gestión del tiempo: prioriza tus tareas diarias y utiliza herramientas de gestión del tiempo para trabajar de manera más eficiente.
- Establece metas realistas: fija objetivos alcanzables y celebra tus pequeños logros. Divide las tareas grandes en pasos más pequeños y manejables.
- Busca apoyo: habla con colegas, supervisores o profesionales de la salud mental sobre las dificultades que experimentas. No tengas miedo de pedir ayuda o consejos cuando te sientas abrumado.
- Practica el autocuidado: invierte tiempo en actividades que promuevan tu bienestar físico y mental, como el ejercicio, la meditación y hobbies. Asegúrate de dormir lo suficiente y de tener una dieta equilibrada.
- Planifica descansos regulares: tómate breves recreos durante la jornada laboral para despejar la mente y reducir el estrés. Utiliza tu tiempo de vacaciones y asegúrate de tomarte días libres para recargar energías.
- Establece límites claros: define límites entre el trabajo y el tiempo personal para asegurarte de desconectar por completo fuera del horario laboral. Define tus funciones y aprende a decir «no» cuando sea necesario.
- Busca variedad en las tareas: diversifica tus actividades diarias para evitar la monotonía y mantenerte comprometido con tu trabajo. Intenta involucrarte en proyectos diferentes o asumir nuevos roles dentro de tus capacidades.
Para abordar la sinsifemia deberás cambiar tu actitud en el trabajo y trabajar tu autoestima. Enfócate en las actividades y hábitos saludables que te proporcionen bienestar y satisfacción personal.
Estrategias para los empleadores
Cuidar a los empleados se traduce en una mayor satisfacción, una reducción del agotamiento y un incremento en la productividad y la eficiencia. Un entorno laboral que apoya el bienestar de su recurso humano fomenta una cultura positiva, disminuye la rotación de personal y mejora la calidad general del trabajo.
Si sospechas que algunos de tus empleados padecen sisifemia, no lo pases por alto. Con algunas prácticas sencillas, como las siguientes, puedes mejorar el ambiente laboral y apoyar a tu personal para que recupere su motivación y bienestar:
- Fomenta la rotación de tareas.
- Ofrece horarios y lugares de trabajo flexibles.
- Ofrece servicios de apoyo emocional y terapia cuando sea necesario.
- Define políticas que limiten la comunicación laboral fuera del horario de trabajo.
- Fomenta la importancia de la desconexión durante los periodos de descanso y vacaciones.
- Utiliza el reconocimiento verbal y formal para motivar y valorar el esfuerzo de los empleados.
- Implementa programas de recompensa que valoren la calidad del trabajo y no solo la cantidad.
- Revisa y ajusta la distribución de tareas para asegurar una carga laboral justa, realista y equilibrada.
- Asegura que todos los empleados, independientemente de su nivel jerárquico, se sientan reconocidos y respetados.
- Establece canales de comunicación abiertos y efectivos para que los empleados puedan hablar sobre sus necesidades.
- Crea un entorno donde los empleados se sientan seguros para expresar sus preocupaciones sin miedo a repercusiones.
- Ofrece oportunidades de capacitación, formación y desarrollo para ampliar habilidades y roles, evitando la monotonía.
- Ofrece capacitación en gestión del tiempo para que los empleados aprendan a priorizar tareas y trabajar de manera más eficiente.
Buscar el equilibrio
La sisifemia surge de las exigencias desmedidas en un entorno laboral que persigue la perfección y el reconocimiento. Para estar a la altura, los empleados se enfrentan a la presión de cumplir con objetivos inalcanzables, ya sean impuestos por la empresa o por ellos mismos.
Es así que a menudo lidian con una carga de trabajo tan abrumadora que, a pesar de sus esfuerzos y dedicación, parece insuficiente. Este contexto genera una sensación constante de agotamiento y frustración.
Reconocer los signos de que algo no va bien en el trabajo y actuar a tiempo es clave para restaurar un equilibrio saludable entre las responsabilidades y la vida personal. Ajusta tus metas a estándares alcanzables, clarifica tus funciones y responsabilidades y recupera el sentido común para promover un entorno laboral más saludable y equilibrado.