Miami – Los arrestos de migrantes en la frontera suroeste de Estados Unidos registraron un repunte del 16,7 % en abril, según datos actualizados este lunes por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés). Pese al incremento mensual, las cifras siguen siendo significativamente inferiores a las del año pasado, en línea con las políticas migratorias más estrictas impulsadas por la actual Administración.
Durante abril, la Patrulla Fronteriza estadounidense detuvo a 8.383 migrantes, frente a los 7.184 registrados en marzo. Sin embargo, en términos interanuales, la disminución fue del 93,5 %, ya que en abril de 2024 se contabilizaron 128.895 detenciones.
En promedio, actualmente se registran 279 aprehensiones diarias, una reducción drástica respecto a las 4.297 diarias reportadas hace un año. Según CBP, este descenso se debe a la “aplicación decisiva y efectiva” de las leyes migratorias bajo la presidencia de Donald Trump, quien regresó al poder el pasado 20 de enero.
Entre febrero y abril de 2025, se registraron 23.912 detenciones de migrantes en la frontera con México, una caída de casi 383.000 casos en comparación con el mismo periodo de 2024. Si se suman los 29.105 encuentros reportados en enero, el total asciende a 53.017 arrestos en el primer cuatrimestre del año, un 90 % menos que los 531.224 del mismo lapso del año anterior.
“Por primera vez en años, más agentes están de vuelta en el terreno, patrullando territorios en los que CBP no tenía capacidad operativa o fuerza de trabajo apenas seis meses atrás”, señaló Pete Flores, comisionado en funciones de CBP.
La tendencia a la baja comenzó en junio de 2024, cuando la administración Biden implementó nuevas restricciones al asilo. No obstante, desde el retorno de Trump a la Casa Blanca, las medidas se han endurecido aún más, limitando casi por completo el acceso al asilo en la frontera. Solo cinco migrantes indocumentados fueron autorizados a ingresar temporalmente al país en abril por motivos judiciales especiales, según CBP.
Entre otras acciones destacadas, el Gobierno ha militarizado la frontera, intensificado redadas en diversas regiones del país, revocado beneficios migratorios para algunas nacionalidades y logrado que México despliegue 10.000 elementos de su Guardia Nacional para frenar el tráfico de personas y drogas.