Entre el 15 y el 21 de mayo de 2025, la capa de hielo de Groenlandia experimentó un proceso de derretimiento acelerado sin precedentes, registrando una tasa de deshielo 17 veces superior a la media histórica para esa época del año. Este fenómeno ha sido atribuido a una ola de calor extremo que afectó la región, marcando un nuevo récord en la historia climática reciente.
Los datos recopilados por la red científica World Weather Attribution (WWA) indican que las temperaturas en Groenlandia superaron en más de 10 grados Celsius el promedio habitual de mayo, provocando un derretimiento masivo del hielo que contribuye directamente al aumento del nivel del mar. Algunas zonas alcanzaron temperaturas récord, como el aeropuerto de Egilsstadir en Islandia, que registró 26.6°C el 15 de mayo, un valor histórico para el país.
Este acelerado deshielo preocupa profundamente a la comunidad científica y ambientalista, ya que representa un claro indicativo del impacto tangible del cambio climático inducido por la actividad humana. El incremento en el nivel del mar asociado al deshielo en Groenlandia amenaza con afectar a millones de personas en zonas costeras alrededor del mundo, aumentando la vulnerabilidad frente a inundaciones y fenómenos meteorológicos extremos.
Expertos en climatología enfatizan la urgencia de implementar medidas globales efectivas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, con el fin de mitigar el calentamiento global y frenar la aceleración de estos procesos que ponen en riesgo el equilibrio ambiental planetario.
Las consecuencias del deshielo en Groenlandia no solo se limitan a la subida del nivel del mar, sino que también alteran los patrones climáticos globales y afectan la biodiversidad marina y terrestre, lo que podría desencadenar efectos en cadena difíciles de prever a largo plazo.
La comunidad internacional observa con atención este fenómeno y reitera la necesidad de fortalecer los compromisos en materia de cambio climático para evitar un escenario de impacto irreversible.