Santo Domingo. – Más de cuatro años después del inicio de la pandemia del COVID-19, la salud mental se ha convertido en una prioridad global. El impacto emocional de la crisis sanitaria, el confinamiento prolongado, la pérdida de seres queridos y los cambios en la dinámica laboral y social han dejado huellas profundas en millones de personas. Como respuesta, ha crecido de forma sostenida la demanda de terapias psicológicas, ejercicios de respiración consciente y grupos de apoyo emocional como herramientas clave para la recuperación post-pandemia.
Expertos en salud mental advierten que muchas personas están experimentando síntomas persistentes de ansiedad, agotamiento crónico, insomnio, y procesos de duelo no resueltos, lo que ha llevado a un resurgir de consultas clínicas y a una apertura social cada vez mayor hacia el cuidado emocional.
La salud mental en el centro de la conversación
“La pandemia no solo afectó nuestro cuerpo físico, también alteró la forma en que percibimos la seguridad, el futuro y nuestras relaciones”, señala la psicóloga clínica Dra. Verónica de León, quien lidera un centro de bienestar emocional en Santo Domingo. “Hemos visto un aumento del 60 % en las consultas desde 2022, especialmente por trastornos de ansiedad y estados depresivos leves a moderados”.
Según datos del Ministerio de Salud Pública, las consultas psicológicas en centros públicos y privados han crecido significativamente desde el levantamiento de las medidas de emergencia, con mayor prevalencia entre adultos jóvenes y trabajadores de sectores altamente estresantes como salud, educación y servicio al cliente.
Estrategias emergentes para sanar
Ante este escenario, diversos enfoques terapéuticos están ganando terreno. Entre ellos destacan:
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Terapia cognitivo-conductual (TCC): eficaz para tratar ansiedad y pensamientos negativos derivados del trauma.
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Mindfulness y respiración consciente: ayudan a regular el sistema nervioso, mejorar el sueño y reducir el estrés diario.
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Grupos de apoyo y terapia de duelo: espacios seguros para compartir experiencias y canalizar emociones acumuladas.
“Muchas personas no necesitan medicación, sino herramientas para reconectar consigo mismas y procesar lo vivido. El acompañamiento profesional y las prácticas de atención plena están demostrando ser muy efectivas”, explica el terapeuta integrativo Luis Castillo, quien también ofrece sesiones grupales en línea desde 2021.
Consejos prácticos para el bienestar emocional
Profesionales recomiendan algunas prácticas simples y accesibles para iniciar un proceso de recuperación emocional:
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Establecer rutinas de autocuidado: incluir tiempos para descanso, alimentación equilibrada, ejercicio y contacto social.
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Practicar ejercicios de respiración profunda diariamente, al menos 5 minutos en la mañana o antes de dormir.
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Hablar sobre lo vivido: compartir emociones con personas de confianza o en espacios terapéuticos.
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Limitar la sobreexposición a noticias negativas, especialmente antes de dormir.
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Buscar ayuda profesional si los síntomas persisten o interfieren con la vida diaria.
Un cambio cultural hacia el bienestar
Más allá de lo individual, la pandemia ha impulsado una transformación cultural en torno a la salud mental. Empresas están implementando programas de bienestar para sus empleados, instituciones educativas ofrecen acompañamiento psicológico a estudiantes, y plataformas digitales han multiplicado la oferta de terapias accesibles y personalizadas.
“El bienestar emocional ya no se ve como un lujo, sino como una necesidad colectiva. La pandemia nos recordó que cuidar la mente es tan importante como cuidar el cuerpo”, concluye la Dra. de León.
La reconstrucción emocional tras la pandemia continúa, pero con más recursos, mayor conciencia y un mensaje claro: sanar es posible y está al alcance de todos.