Santo Domingo. – En medio del concreto, el tráfico y el ritmo acelerado de la vida urbana, los espacios verdes emergen como un respiro necesario para la salud integral de las personas. Numerosos estudios científicos han demostrado que las áreas naturales dentro de las ciudades —parques, jardines, bulevares arbolados y plazas con vegetación— tienen efectos positivos directos sobre el bienestar mental, la salud cardiovascular y la calidad de vida general.
Desde la reducción del estrés hasta la prevención de enfermedades crónicas, el contacto frecuente con la naturaleza se consolida como una estrategia clave en la promoción de la salud pública urbana.
Beneficios comprobados por la ciencia
La evidencia es contundente: pasar tiempo en espacios verdes no solo mejora el estado de ánimo, sino que también tiene un impacto fisiológico medible. Investigadores de la Universidad de Exeter (Reino Unido) concluyeron que quienes viven cerca de parques o zonas naturales reportan menores niveles de cortisol, la hormona del estrés, y mayor satisfacción con su vida.
Otros estudios publicados en revistas médicas como The Lancet y Environmental Health Perspectives vinculan la presencia de zonas verdes con:
-
Reducción del riesgo de enfermedades cardiovasculares, gracias a la disminución del estrés y la promoción de actividad física moderada.
-
Mejora de la salud mental, incluyendo disminución de la ansiedad y síntomas depresivos.
-
Incremento de la actividad física, lo que contribuye a controlar el sobrepeso y fortalecer el sistema inmunológico.
-
Mayor interacción social y cohesión comunitaria, lo que también favorece el bienestar emocional.
El caso de Santo Domingo y otras ciudades del país
En la capital dominicana, espacios como el Parque Mirador Sur, el Jardín Botánico Nacional, el Parque Iberoamérica y el Parque Ecológico de Naco se han convertido en puntos de encuentro para quienes buscan caminar, ejercitarse o simplemente desconectarse del ruido urbano.
“A pesar del calor o del tránsito, venir al parque me relaja. Caminar entre árboles es lo único que me baja la ansiedad después del trabajo”, comenta Ana Sofía Vargas, residente del Distrito Nacional, que visita el Mirador Sur tres veces por semana.
No obstante, urbanistas y defensores del medio ambiente advierten que muchas ciudades dominicanas aún carecen de una planificación adecuada que priorice la infraestructura verde, lo que limita el acceso de la población a estos beneficios.
Recomendaciones para aumentar el contacto con la naturaleza
Ante esta realidad, los especialistas proponen estrategias prácticas tanto a nivel individual como institucional:
-
Visitar un parque cercano al menos 2 o 3 veces por semana, incluso por cortos períodos de 15 a 30 minutos.
-
Incorporar plantas en el hogar o la oficina, lo que también tiene efectos positivos en el estado de ánimo.
-
Apostar por el urbanismo verde, promoviendo iniciativas comunitarias para crear jardines urbanos, techos verdes y corredores ecológicos.
-
Fomentar políticas públicas que protejan los espacios naturales y los integren en nuevos desarrollos residenciales y comerciales.
“La naturaleza es un componente esencial de la salud urbana. Invertir en espacios verdes no es un lujo, es una necesidad para construir ciudades más humanas y sostenibles”, afirma el urbanista y ambientalista José Rafael Mena, quien impulsa proyectos de reforestación urbana en Santo Domingo Norte.
Un futuro más verde, más saludable
En un contexto donde las enfermedades relacionadas al estrés y la vida sedentaria van en aumento, los espacios verdes se presentan como una solución simple, natural y accesible. Garantizar su existencia y promover su uso puede marcar la diferencia en la salud de millones de ciudadanos.
Porque al final, una ciudad que respira verde, es una ciudad que cuida a su gente. 🌳💚