Londres. – Por primera vez, ocho bebés han nacido en Reino Unido utilizando material genético de tres personas, en un procedimiento pionero diseñado para prevenir las enfermedades mitocondriales, trastornos hereditarios que suelen ser graves, incurables y potencialmente mortales. La información fue confirmada por el Centro de Fertilidad de Newcastle y divulgada por la BBC de Londres.
El innovador tratamiento, desarrollado por científicos británicos, consiste en combinar el óvulo y el esperma de los padres con un segundo óvulo donado por una mujer sana, lo que permite reemplazar las mitocondrias defectuosas de la madre, responsables de transmitir estas enfermedades.
Aunque la técnica es legal en Reino Unido desde 2015, estos son los primeros nacimientos exitosos reportados mediante esta metodología. Los bebés han nacido sanos y alcanzan los hitos de desarrollo esperados, según los dos estudios publicados en la prestigiosa revista New England Journal of Medicine.
¿Qué son las enfermedades mitocondriales?
Las mitocondrias son pequeñas estructuras dentro de las células que generan la energía que el cuerpo necesita para funcionar. Cuando estas fallan, pueden causar síntomas devastadores como fallo orgánico, convulsiones, debilidad muscular, daño cerebral, ceguera e incluso la muerte. Aproximadamente 1 de cada 5,000 bebés nace con alguna enfermedad mitocondrial.
Como las mitocondrias se transmiten exclusivamente de madre a hijo, la técnica conocida como “donación mitocondrial” permite evitar esta herencia genética. El procedimiento implica fertilizar los óvulos de la madre y de la donante con el esperma del padre en laboratorio, y luego transferir el ADN de los padres al embrión con mitocondrias sanas de la donante.
Una esperanza real para familias afectadas
Hasta el momento, 22 familias se han sometido al tratamiento en el Centro de Fertilidad de Newcastle, dando lugar al nacimiento de cuatro niñas, cuatro niños (incluyendo un par de gemelos) y un embarazo en curso.
“Después de años de incertidumbre, este tratamiento nos dio esperanza y luego nos dio a nuestro bebé”, expresó la madre de una de las niñas, citada anónimamente.
“La carga emocional de la enfermedad mitocondrial ha desaparecido y en su lugar hay esperanza, alegría y profunda gratitud”, añadió otra madre.
El doctor Bobby McFarland, director del Servicio Especializado para Trastornos Mitocondriales del NHS, afirmó que ver a los bebés crecer sin señales de enfermedad ha sido “maravilloso”.
Resultados prometedores, pero con interrogantes
De los ocho bebés nacidos, uno desarrolló epilepsia transitoria y otro presenta una arritmia tratada con éxito, pero los médicos no atribuyen estos casos a problemas mitocondriales.
En cinco casos, no se detectó la presencia de mitocondrias defectuosas en las muestras de sangre y orina. En los otros tres, entre el 5% y 20% de las mitocondrias eran defectuosas, pero muy por debajo del umbral del 80% que se considera necesario para provocar la enfermedad.
“Estos resultados son optimistas, pero aún necesitamos entender mejor las limitaciones del procedimiento”, explicó la profesora Mary Herbert, investigadora de las universidades de Newcastle y Monash.
Implicaciones éticas y científicas
Reino Unido se convirtió en 2015 en el primer país del mundo en legalizar esta técnica tras un amplio debate parlamentario. Sin embargo, la innovación no estuvo exenta de controversia, ya que las mitocondrias contienen su propio ADN (menos del 0,1% del total genético), lo que implica una alteración hereditaria permanente.
Cualquier niña nacida con esta técnica podrá transmitir ese pequeño porcentaje de ADN mitocondrial de la donante a sus hijos, lo que ha generado preocupaciones sobre las implicaciones éticas y la posibilidad de abrir la puerta a los “bebés de diseño”.
“Este es el único lugar del mundo donde esto podría haber sucedido”, declaró el profesor Doug Turnbull, uno de los científicos pioneros del método. “Reino Unido ha combinado ciencia de clase mundial, legislación adecuada y apoyo del NHS para hacerlo realidad”.
Un futuro sin mitocondriopatías
Para familias como la de Kat Kitto, cuyos hijos han sido afectados por la enfermedad mitocondrial, esta técnica representa una esperanza tangible para las próximas generaciones.
Su hija menor, Poppy, de 14 años, sufre la enfermedad, mientras que su hija mayor, Lily, de 16, teme poder transmitirla. Ambas ven en esta tecnología una posibilidad para romper con el ciclo de la enfermedad.
“Son las generaciones futuras, como yo y mis hijos, quienes podrían tener una vida normal gracias a esto”, afirmó Lily.
Conclusión: Con el nacimiento de estos ocho bebés, el Reino Unido marca un hito histórico en la medicina reproductiva, demostrando que la combinación de innovación científica, legislación responsable y respaldo sanitario puede ofrecer una solución viable a enfermedades genéticas incurables, generando un nuevo horizonte de esperanza para miles de familias en todo el mundo.