Birmingham, Reino Unido.– El mundo del rock está de luto. Ozzy Osbourne, icónico vocalista de Black Sabbath y figura emblemática del heavy metal, falleció este martes a los 76 años, según confirmó su familia mediante un comunicado oficial difundido desde su ciudad natal, Birmingham.
“Con una tristeza indescriptible, informamos que nuestro querido Ozzy Osbourne falleció esta mañana. Estaba con su familia y rodeado de amor. Pedimos a todos que respeten la privacidad de nuestra familia en este momento”, señaló el comunicado.
La muerte de Osbourne se produce pocas semanas después de haber ofrecido su último concierto de despedida. Desde 2020, el artista había enfrentado complicaciones de salud tras una caída que agravó su condición y reveló que padecía enfermedad de Parkinson.
El rugido oscuro que marcó una era
Nacido como John Michael Osbourne, “Ozzy” se convirtió en una de las voces más influyentes del rock duro y el heavy metal. Su característico tono gutural, agresivo y dramático, combinado con un estilo de vida marcado por los excesos, definió su personalidad artística durante más de cinco décadas.
Con su banda Black Sabbath, Osbourne dio forma a un género que se distanció del idealismo hippie de los años 60 y abrazó lo sombrío, lo oscuro y lo visceral. El álbum debut de Sabbath, “Black Sabbath” (1969), es considerado el acto fundacional del heavy metal, una revolución sonora que cambió para siempre el curso del rock.
Le siguió “Paranoid” (1970), que contenía clásicos como “War Pigs”, “Iron Man” y “Paranoid”, y consolidó a la banda como pionera de un sonido feroz, rebelde y poderoso. Estos discos, además de ser aclamados por la crítica, han sido recurrentemente incluidos entre los mejores álbumes de metal de todos los tiempos, según publicaciones como Rolling Stone.
De la oscuridad a la inmortalidad
En 1979, tras años de excesos con drogas y alcohol, Osbourne fue expulsado de Black Sabbath. Sin embargo, lo que pudo significar el fin de su carrera, se convirtió en el inicio de una nueva etapa aún más exitosa como solista. Su debut “Blizzard of Ozz” (1980) y el posterior “Diary of a Madman” (1981) lo consagraron con himnos como “Crazy Train”, “Mr. Crowley” y “Flying High Again”, consolidándolo como una figura inmortal del hard rock.
Su impacto fue tal, que fue incluido dos veces en el Salón de la Fama del Rock & Roll: en 2006 con Black Sabbath y nuevamente en 2024 como solista.
Además de la música, Osbourne captó la atención del público general gracias al exitoso reality show “The Osbournes”, emitido por MTV a inicios de los años 2000, en el que mostró una faceta más íntima y humana como padre de familia, ganándose a una nueva generación de fanáticos.
Un legado eterno para el heavy metal
Ozzy Osbourne deja tras de sí un legado musical colosal, habiendo vendido más de 100 millones de discos a lo largo de su carrera. Su influencia se extiende a generaciones enteras de artistas de rock y metal que lo ven como una figura fundacional del género.
“Black Sabbath son los Beatles del heavy metal”, escribió Dave Navarro, guitarrista de Jane’s Addiction, en un homenaje publicado por Rolling Stone. “Cualquiera que se tome el metal en serio te dirá que todo se reduce a Sabbath”.
Con su muerte, desaparece una de las voces más poderosas y reconocibles del rock, pero su legado seguirá resonando con fuerza en cada riff de guitarra distorsionada, en cada grito rebelde y en cada escenario donde el metal se mantenga vivo.
Ozzy Osbourne no solo creó una estética sonora, sino también un universo propio, cargado de mística, rebeldía, oscuridad y pasión.
Descansa en paz, Príncipe de las Tinieblas.