San Sebastián.– El traumatólogo Samuel Pajares, especialista de Policlínica Gipuzkoa, destacó que la artrosis de mano puede diagnosticarse de forma precoz y abordarse con tratamientos eficaces que permiten ralentizar su avance y mejorar la calidad de vida del paciente.
“La artrosis de mano es el desgaste del cartílago de las pequeñas articulaciones que componen la mano, y puede llegar a ser muy limitante”, explicó el experto, quien advirtió que, aunque en muchos casos se debe al envejecimiento natural, también puede estar relacionada con el uso excesivo de las manos en tareas laborales, domésticas, deportivas o con enfermedades inflamatorias y reumáticas.
Entre los síntomas más frecuentes, Pajares señaló el “dolor fino y limitante”, acompañado de rigidez y tirantez articular. Ante estas señales, recomienda acudir cuanto antes a un especialista para facilitar un diagnóstico temprano.
El traumatólogo subrayó que hoy en día existen múltiples herramientas diagnósticas y terapéuticas que permiten mejorar la evolución de esta patología. “Disponemos de tratamientos sintomáticos como fármacos, fisioterapia, ortesis o infiltraciones, y también de tratamientos biológicos que han demostrado capacidad para retrasar su progresión”, precisó.
En los casos más severos, la cirugía ofrece una solución eficaz, especialmente con las nuevas técnicas mínimamente invasivas. “Hoy realizamos intervenciones con anestesia regional y alta el mismo día. Incluso disponemos de pequeñas prótesis articulares, similares a las de rodilla o cadera, que devuelven funcionalidad a la mano y eliminan el dolor”, aseguró.
Entre las zonas más afectadas por esta condición se encuentran las articulaciones distales de los dedos y, particularmente, la base del pulgar. “La rizartrosis, que compromete la articulación trapecio-metacarpiana, es la que más limita la función de la mano y puede aparecer incluso en edades medias”, detalló.
Pajares concluyó recordando la importancia de cuidar las manos, evitar sobrecargas y mantener un buen control médico en pacientes con enfermedades reumáticas, ya que “esto puede ser clave para evitar el desarrollo o el agravamiento de la artrosis”.