Santo Domingo.– Las pesadillas, esos sueños intensos y perturbadores que interrumpen el descanso, afectan a una gran parte de la población mundial. Según la American Academy of Sleep Medicine (AASM), entre el 50 % y el 85 % de las personas experimentan este tipo de sueños en algún momento de sus vidas, y su impacto puede ir mucho más allá de una simple mala noche.
¿Qué son las pesadillas y por qué ocurren?
De acuerdo con la AASM, las pesadillas son sueños vívidos y coherentes, usualmente de contenido amenazante, extraño o angustiante, que ocurren principalmente durante la fase REM del sueño, y que frecuentemente provocan un despertar abrupto.
Estas manifestaciones oníricas pueden provocar ansiedad, terror, miedo, vergüenza o enojo, y cuando se repiten con frecuencia pueden desencadenar un trastorno de pesadillas, afectando el estado de ánimo, el rendimiento cognitivo y la vida social o laboral.
Causas comunes de las pesadillas
Aunque muchas veces las causas son desconocidas, diversos factores pueden incrementar su aparición:
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Estrés emocional y ansiedad
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Alteraciones en los hábitos de sueño
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Cansancio extremo
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Experiencias traumáticas (como en el caso del trastorno de estrés postraumático)
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Uso de ciertos medicamentos o sustancias
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Contextos de tensión colectiva, como se evidenció durante la pandemia del COVID-19
¿Qué significan las pesadillas recurrentes?
Desde el punto de vista psicológico, las pesadillas pueden funcionar como expresiones simbólicas de preocupaciones inconscientes, temores o deseos reprimidos, según explica la psicoanalista Gloria Gitaroff, miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina. Cuando el sueño falla en su función de protección emocional, se convierte en una pesadilla y provoca el despertar abrupto.
El neurólogo Matthew Walker, de la Universidad de Berkeley, destaca que aunque la ciencia aún investiga a fondo la relación entre el sueño y la salud emocional, está claro que las pesadillas frecuentes pueden alterar la estabilidad mental durante el día.
Los temas más comunes en las pesadillas
Un estudio liderado por Michael Schredl y Anja Göritz, del Instituto Central de Salud Mental en Alemania, identificó los contenidos más frecuentes en las pesadillas:
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Fracaso personal: llegar tarde, perderse, olvidar algo importante
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Agresión física: ataques, violencia o amenazas
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Accidentes: caídas, siniestros vehiculares o ahogamientos
¿Cuándo consultar a un especialista?
Cuando las pesadillas ocurren al menos una vez por semana y generan angustia, insomnio, miedo a dormir u otros problemas emocionales o funcionales, se considera un trastorno de pesadillas. En estos casos, se recomienda acudir a un especialista en medicina del sueño o salud mental.
Tratamientos disponibles
El tratamiento depende de la causa y la intensidad del problema. Entre los métodos más eficaces se encuentran:
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Terapia cognitivo-conductual
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Terapia de exposición a sueños
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Relajación muscular progresiva
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Terapia EMDR (Desensibilización y Reprocesamiento por Movimientos Oculares), útil especialmente para traumas recientes
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Terapia de sueños lúcidos
Consejos para reducir las pesadillas y mejorar el descanso
La AASM sugiere una serie de prácticas de higiene del sueño que pueden ayudar a prevenir las pesadillas y mejorar la calidad del descanso:
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Dormir y despertar a la misma hora todos los días.
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Establecer una rutina relajante antes de dormir.
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Evitar el uso de pantallas 30 minutos antes de acostarse.
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No usar la cama para actividades que no sean dormir o tener intimidad.
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Mantener la habitación fresca y con poca luz.
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Evitar comidas pesadas, cafeína y alcohol por la noche.
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Hacer ejercicio regularmente y mantener una alimentación balanceada.
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Limitar el consumo de líquidos antes de dormir.
Conclusión: Las pesadillas son comunes, pero cuando se vuelven recurrentes o afectan el bienestar emocional, deben ser abordadas con atención. La combinación de hábitos saludables, apoyo psicológico y conocimiento del fenómeno onírico puede marcar la diferencia entre un descanso reparador y noches de angustia.