Una técnica oriental que combina control corporal, placer y conexión emocional en la intimidad.
Bogotá.– La intimidad juega un papel clave en las relaciones y en el bienestar personal. En este contexto, han surgido prácticas que buscan enriquecer la vida sexual y fortalecer el vínculo en pareja. Una de ellas es el llamado beso de Singapur, una técnica de origen oriental que ha despertado gran interés por su manera particular de intensificar el placer.
Una práctica basada en el control del suelo pélvico
A diferencia de un beso tradicional, el beso de Singapur se define como una técnica íntima en la que la mujer utiliza contracciones voluntarias de los músculos vaginales para estimular a su pareja durante la penetración. No depende de posturas específicas ni de movimientos externos, sino del control consciente del suelo pélvico.
Especialistas explican que esta práctica genera tanto estimulación física como conexión cuerpo-mente:
“Cada contracción se sincroniza con el ritmo de la penetración, haciendo que el placer y el control fluyan en perfecta sintonía”, señalan descripciones de expertos.
Cómo se aprende
El dominio de esta técnica requiere entrenamiento y constancia. Generalmente se adquiere mediante ejercicios de Kegel, que fortalecen la musculatura pélvica. Estos consisten en contraer los músculos vaginales durante 5 a 10 segundos, relajarlos y repetir varias veces al día hasta ganar resistencia.
Con la práctica, la mujer puede aplicar estas contracciones durante la intimidad, generando una sensación de masaje que eleva el placer de ambos. Se recomienda avanzar de manera gradual, con calma y comunicación constante en la pareja.
Beneficios y precauciones
Entre los principales beneficios destacan:
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Mayor sensibilidad y placer compartido.
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Mejora de la tonicidad del suelo pélvico.
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Fortalecimiento de la vida sexual y la conexión emocional.
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Autoconocimiento y exploración del propio cuerpo femenino.
Sin embargo, los especialistas advierten que no se recomienda en casos de debilidad muscular severa ni en el periodo inmediato posterior al parto. En presencia de dolor o incomodidad, lo adecuado es suspender la práctica y consultar a un médico.
Una herramienta de conexión
El beso de Singapur, más allá de lo físico, puede convertirse en una herramienta para reforzar la confianza, la comunicación y la complicidad en pareja, potenciando tanto el placer como el vínculo emocional.