Nueva York.– El oro alcanzó este martes un nuevo máximo histórico al superar los USD 4,000 por onza, impulsado por un conjunto de factores que incluyen la expectativa de recortes en las tasas de interés en Estados Unidos, la debilidad del dólar y la fuerte demanda de bancos centrales e inversores institucionales.
El repunte consolida un año excepcional para el metal precioso, que acumula una suba de 53% en 2025 y un incremento de 112% en los últimos cinco años, desde el inicio de la pandemia de 2020.
Expectativas de la Fed y debilitamiento del dólar
La previsión de un recorte de 25 puntos básicos en la tasa de referencia de la Reserva Federal (Fed) ha reforzado la percepción de que el costo de oportunidad de mantener oro –activo que no devenga intereses– se reduce. A la vez, la pérdida de fuerza del dólar frente a otras monedas potencia la demanda del metal como activo de cobertura.
El banco Goldman Sachs elevó su precio objetivo a corto plazo hasta USD 4,900 por onza, argumentando que la demanda sostenida de bancos centrales e inversores occidentales está consolidando la tendencia alcista.
Factores técnicos y geopolíticos
Para Antonio Montiel, director de Análisis de ATFX Education, este comportamiento responde a un entorno de tensiones geopolíticas, deterioro de la confianza en los mercados tradicionales y un panorama macroeconómico que anticipa desaceleración en Estados Unidos.
“El impulso alcista se respalda en factores técnicos y fundamentales: desde el enfriamiento del mercado laboral hasta el aumento de flujos en fondos cotizados en oro”, explicó Montiel.
Por su parte, un informe de Balanz Capital apuntó que la incertidumbre política en Estados Unidos, agravada por el riesgo de cierre del gobierno (shutdown) y las recientes declaraciones del presidente Donald Trump sobre posibles recortes a estados demócratas, intensificó la búsqueda de refugio en activos seguros.
Contexto económico global
El repunte del oro ocurre en un momento en que los mercados accionarios y de bonos muestran señales de recuperación, pese a la agitación política en Francia, Japón y Estados Unidos.
Los analistas coinciden en que, mientras persistan la volatilidad financiera y las expectativas de una política monetaria más flexible en EE.UU., el oro continuará fortalecido como refugio preferido de los inversores globales.