Londres / Madrid. – Dejar de fumar, incluso a edades avanzadas, reduce el deterioro cognitivo y el riesgo de demencia, según un estudio publicado en la revista científica The Lancet Healthy Longevity, que analizó datos de casi 9,500 personas de 12 países, entre ellos España.
La investigación, liderada por expertos del University College de Londres (UCL), demuestra que quienes abandonan el tabaco a partir de los 40 años experimentan una disminución significativamente menor en la memoria y la fluidez verbal que aquellos que continúan fumando.
Evidencia de un deterioro más lento
Los investigadores compararon los resultados de más de 4,700 personas que dejaron de fumar con un grupo similar que mantuvo el hábito, todos mayores de 40 años, con una edad promedio de 58 años.
Durante los seis años previos a dejar el tabaco, ambos grupos mostraban niveles similares de deterioro cognitivo, pero tras el abandono del cigarrillo, las trayectorias comenzaron a divergir.
Los resultados fueron contundentes:
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Quienes dejaron de fumar tuvieron una tasa de deterioro de la fluidez verbal un 50 % más lenta.
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Su pérdida de memoria fue un 20 % inferior a la de los fumadores activos.
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En términos prácticos, esto equivale a tres o cuatro meses menos de pérdida de memoria por año de envejecimiento y seis meses menos de deterioro verbal.
Estos hallazgos se replicaron de manera consistente en los 12 países analizados, incluyendo España, Alemania, Italia, Francia, Estados Unidos y Reino Unido.
El tabaco y el daño cerebral
Hace décadas que los científicos confirmaron que fumar perjudica la salud cerebral, en parte porque afecta al sistema cardiovascular, dañando los vasos sanguíneos que suministran oxígeno al cerebro.
Además, el tabaco genera inflamación crónica y estrés oxidativo, procesos que destruyen neuronas y aceleran el deterioro cognitivo.
El nuevo estudio confirma que estos efectos pueden mitigarse parcialmente si la persona deja de fumar, incluso después de los 50 años, lo que supone una oportunidad real de prevención frente a enfermedades neurodegenerativas.
“Nunca es demasiado tarde para dejarlo”
La investigadora Mikaela Bloomberg, del Instituto de Epidemiología y Atención Sanitaria del UCL, destacó que el beneficio cognitivo de dejar de fumar se mantiene en el tiempo:
“Ya sabíamos que dejar de fumar, incluso en edades avanzadas, mejora la salud física y el bienestar. Con este estudio vemos que también ayuda a preservar la salud cognitiva a largo plazo. Nunca es demasiado tarde para dejarlo”, afirmó.
Por su parte, el epidemiólogo Andrew Steptoe, coautor del estudio, subrayó que “un deterioro cognitivo más lento se traduce en un menor riesgo de demencia”, lo que refuerza la idea de que abandonar el tabaco es una estrategia preventiva eficaz frente a esta enfermedad.
Motivación para la salud pública
Los autores advierten que las personas son menos propensas a intentar dejar de fumar a partir de la mediana edad, precisamente cuando los efectos nocivos del tabaco son más evidentes.
En ese sentido, los resultados ofrecen una nueva motivación tanto para los fumadores como para los responsables de políticas de control del tabaco, subrayando que los beneficios cognitivos del abandono del hábito se suman a los ya conocidos sobre el corazón, los pulmones y la esperanza de vida.