Desde la pequeña ciudad de Barbastro, en la provincia de Huesca, España, la doctora dominicana Gerdica de los Santosha logrado abrirse paso como una de las referentes internacionales en medicina estética, combinando ciencia, sensibilidad y raíces caribeñas.
Una historia de esfuerzo y superación
Nacida en la República Dominicana y criada en La Romana, Gerdica creció en un hogar de valores firmes y disciplina visionaria. Desde temprana edad, su madre inculcó en ella el estudio como prioridad, algo que hoy reconoce como la base de su éxito.
Graduada summa cum laude en medicina en la Universidad Central del Este (UCE), en 2009 recibió una beca para estudiar en España. Aunque su plan inicial era Estados Unidos, Barcelona se convirtió en el punto de partida de una carrera que rompería fronteras. Sin familia ni apoyo local, enfrentó un proceso duro, marcado por retos personales que la llevaron a descubrir su pasión por la medicina estética.
Más que estética: sanar desde lo emocional
Su enfoque en la medicina estética va más allá del físico. En sus propias palabras, “muchas personas llegan con heridas profundas que intentan sanar a través de su imagen”. Para ella, escuchar y contener es tan importante como el procedimiento mismo. Relata con emoción cómo pequeños cambios pueden transformar vidas, como el caso de una paciente que recuperó su autoestima tras un tratamiento sencillo para las ojeras.
Una clínica propia: un sueño hecho realidad
Sin redes de apoyo cercanas, fundó su propia clínica estética en Barbastro, generando empleo y apostando por su independencia profesional. “Ser extranjera tiene sus piedras en el camino, pero quería decir: esto es mío, lo he trabajado y lo he sudado”.
Decorada con música caribeña y detalles tropicales, su clínica no solo ofrece tratamientos, sino también un ambiente cálido que refleja su identidad dominicana.
De aprendiz a mentora internacional
Hoy, Gerdica es formadora oficial de Fillmed, uno de los laboratorios más prestigiosos del mundo en su área. Ha impartido conferencias en países como México, Argentina y Arabia Saudita, y dirige su propia formación de técnicas avanzadas, como su popular curso GerdyLips.
A pesar del reconocimiento, admite que el camino no ha sido fácil: “He vencido muchos miedos. Me pasaba noches practicando frente al espejo para poder hablar en público. Nadie ve ese trabajo”.
Inspiración para otras mujeres
Madre, emprendedora y profesional en un país extranjero, Gerdica ha demostrado que la pasión, la preparación y la fe pueden romper cualquier barrera. Su historia es una fuente de inspiración para miles de mujeres que sueñan con emprender o hacer carrera lejos de casa.
Su consejo: “Lánzate. Es mejor intentar y fallar que vivir con la duda del ‘qué habría pasado’”.
En cada paciente que sonríe frente al espejo, en cada médico que aprende de sus técnicas, la doctora Gerdica de los Santos deja una huella imborrable —una mezcla de ciencia, humanidad y orgullo dominicano.