Santo Domingo – Un estudio observacional publicado en la revista Thorax concluye que una dieta alta en alimentos ultraprocesados podría aumentar en un 41 % el riesgo de padecer cáncer de pulmón, incluso después de ajustar por factores como el tabaquismo y la calidad general de la dieta.
La investigación, basada en datos de más de 101,700 personas de entre 55 y 74 años en Estados Unidos, incluyó un seguimiento de hasta 12 años en el que se diagnosticaron 1,706 casos de cáncer de pulmón, de los cuales el 86 % fueron no microcíticos y el 14 % microcíticos.
Alimentos bajo la lupa
En el estudio se clasificaron los alimentos en cuatro categorías: sin procesar o mínimamente procesados, ingredientes procesados, procesados y ultraprocesados. Estos últimos incluyen productos como:
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Embutidos y carnes procesadas
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Queso crema, helados y bollería industrial
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Cereales para desayuno, fideos instantáneos, sopas y salsas preparadas
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Margarina, refrescos y bebidas azucaradas
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Hamburguesas, perritos calientes y pizzas listas para consumir
El consumo medio de ultraprocesados fue de casi tres raciones al día, siendo los embutidos (11 %), refrescos con cafeína (7 %) y refrescos descafeinados (casi 7 %) los más habituales.
Riesgo específico según tipo de cáncer de pulmón
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Cáncer de pulmón no microcítico: +37 % de riesgo.
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Cáncer de pulmón microcítico: +44 % de riesgo.
Contexto y advertencias
Los autores señalan que se trata de un estudio observacional, por lo que no puede establecerse una relación de causa-efecto definitiva. Sin embargo, subrayan que el aumento global del consumo de ultraprocesados se ha vinculado previamente a obesidad, enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 y otros tipos de cáncer.
Además, destacan el bajo valor nutricional de estos productos, así como sus elevadas cantidades de azúcar, sal, grasas y aditivos, lo que podría contribuir a procesos inflamatorios y cambios celulares relacionados con el cáncer.
“Si se confirma la relación causal en futuros estudios, reducir el consumo de alimentos ultraprocesados a nivel mundial podría ayudar a disminuir la incidencia del cáncer de pulmón”, concluyen los investigadores.
Este hallazgo refuerza las recomendaciones de priorizar una alimentación basada en alimentos frescos y mínimamente procesados, combinada con hábitos saludables, para disminuir el riesgo de enfermedades crónicas y mejorar la salud a largo plazo.