El vicepresidente ejecutivo del Consejo Nacional para el Cambio Climático destacó que la educación superior debe ser un eje central en la construcción de resiliencia y sostenibilidad en el país.
Santo Domingo.– El vicepresidente ejecutivo del Consejo Nacional para el Cambio Climático y Mercados de Carbono (CNCCMC), Max Puig, llamó a fortalecer la colaboración entre el Gobierno y las universidades como elemento clave para enfrentar el cambio climático y avanzar hacia un modelo de desarrollo más resiliente, inclusivo y sostenible.
El planteamiento fue expuesto durante la conferencia magistral con la que quedó inaugurado el 2.º Congreso Internacional sobre Educación Superior y Sostenibilidad, organizado por la Asociación Dominicana de Rectores Universitarios (ADRU) en ocasión de su 45 aniversario.
Ciencia y educación como ejes transversales
Puig enfatizó que las universidades tienen un papel esencial en la formación de profesionales capaces de enfrentar los desafíos ambientales del presente y del futuro.
“El cambio climático no es un fenómeno distante ni una amenaza futura, sino un desafío presente que ya afecta gravemente nuestras economías, ecosistemas y comunidades, especialmente a la República Dominicana como pequeño Estado insular en desarrollo”, expresó.
El funcionario subrayó la necesidad de una educación climática transversal en todos los programas académicos, desde agronomía e ingenierías hasta derecho, salud pública y comunicación, como vía para impulsar estrategias de adaptación, medidas de mitigación y proyectos sostenibles.
También resaltó el papel de organismos como el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), cuya labor científica le valió en 2007 el Premio Nobel de la Paz.
El rol del CNCCMC
Puig destacó la transformación institucional que convirtió al Consejo en Consejo Nacional para el Cambio Climático y Mercados de Carbono, lo que lo posiciona como una herramienta estratégica de política climática para atraer inversión internacional y promover soluciones con impacto económico y social.
En ese sentido, invitó formalmente a la ADRU a integrar el Comité Consultivo del Consejo, con el fin de fortalecer la articulación entre Estado y academia en la gobernanza climática.
Asimismo, recordó que el Anteproyecto de Ley Marco de Cambio Climático, elaborado con apoyo del Banco Mundial, reconoce explícitamente el rol de la ciencia y de las universidades en la acción climática nacional, ofreciendo una hoja de ruta para la coordinación entre las instituciones académicas y gubernamentales.
Llamado a la acción
Puig concluyó insistiendo en que el país necesita una alianza firme entre ciencia, política pública y educación superior para enfrentar los efectos del cambio climático:
“Formar a nuestros profesionales en esta perspectiva no es una opción, es una necesidad urgente para garantizar el futuro de la nación y el bienestar de las próximas generaciones”.