Aunque se mantiene por encima del promedio histórico, el tamaño actual no supera los máximos registrados para esta época del año.
Berlín.– El agujero de la capa de ozono sobre la Antártida alcanzó una extensión de 21,08 millones de kilómetros cuadrados durante la primera quincena de septiembre, según informó este lunes el Servicio de Vigilancia de la Atmósfera de Copernicus (CAMS), organismo europeo especializado en la observación terrestre y atmosférica. El anuncio se dio en vísperas del Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono, que se celebra cada 16 de septiembre.
De acuerdo con el informe, esta cifra supera la media habitual para esta época del año, pero se mantiene por debajo de los máximos históricos registrados en el mismo periodo. En comparación con 2024, el agujero de ozono se desarrolló más temprano en el hemisferio sur, alcanzando ya en fechas previas los 15 millones de km² de superficie afectada.
Variabilidad e importancia del monitoreo constante
El fenómeno del agujero de ozono es recurrente entre agosto y diciembre, particularmente sobre el océano Antártico, debido a condiciones químicas y meteorológicas que facilitan la destrucción de esta capa protectora. En palabras de Laurence Rouil, directora del CAMS:
“El agujero de ozono de 2025 muestra un patrón altamente variable, lo que subraya la importancia de contar con previsiones y análisis fiables para su monitoreo y comprensión”.
El comunicado técnico añade que el comportamiento observado se desvía del patrón del año 2023, y se asemeja más a las tendencias de 2024 y a la media climatológica de 1979-2022, en cuanto a extensión y evolución temporal.
Factores que inciden en el fenómeno
Según el Programa Copérnicus, la duración y extensión del agujero de ozono están determinadas por factores dinámicos atmosféricos y procesos químicos, como la presencia de compuestos clorados en la estratósfera, los vientos polares y las temperaturas extremadamente bajas que facilitan la formación de nubes estratosféricas polares, clave en la reacción química que destruye el ozono.
Aunque los avances del Protocolo de Montreal han contribuido significativamente a la reducción del uso de sustancias agotadoras del ozono, la recuperación completa de la capa no se espera antes de mediados del siglo XXI, según estimaciones de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
Preservar el ozono, preservar la vida
El ozono estratosférico actúa como una barrera natural que filtra la radiación ultravioleta (UV-B) proveniente del sol. Su disminución se asocia a riesgos de salud como cáncer de piel, cataratas, y afectaciones al sistema inmunológico, además de impactos negativos en los ecosistemas marinos y terrestres.
En este contexto, el Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono se celebra con el lema de este año: “El ozono nos protege a todos: cumplamos nuestro compromiso”, reiterando el llamado a mantener los esfuerzos globales de vigilancia, investigación y control de emisiones para garantizar un planeta más sano y sostenible.