Washington. – Con el programa Artemis, la NASA busca mucho más que regresar a la Luna: el objetivo es sentar las bases de una presencia humana duradera en el espacio profundo, con la vista puesta en Marte.
“Queremos empezar a aprender a vivir lejos de la Tierra”, explicó Jacob Bleacher, científico jefe de exploración de la agencia, durante un taller realizado el 10 de septiembre para analizar los sitios de aterrizaje de Artemis.
Más allá de Apolo: hacia estancias prolongadas
A diferencia de las misiones Apolo, que fueron de corta duración, Artemis plantea estancias lunares mucho más extensas, con infraestructura que permita trabajar en superficie y que fomente la participación de la industria privada.
La misión Artemis 4, prevista para no antes de 2028, marcará un punto de inflexión: astronautas permanecerán seis días en el polo sur lunar, donde podrían encontrarse hielo y minerales esenciales para futuras expediciones. Allí recolectarán muestras, instalarán instrumentos científicos y realizarán hasta cuatro caminatas espaciales.
Ciencia y cooperación internacional
El taller de la NASA busca identificar “figuras de mérito científico” que orienten la elección de los lugares de descenso. Los científicos evalúan aspectos como la evolución planetaria, el comportamiento del regolito lunar y la física solar.
El proyecto trasciende fronteras: más de 30 países participan bajo los Acuerdos de Artemis, un marco de cooperación internacional para establecer reglas comunes en la exploración del espacio profundo.
Artemis 2: ensayo humano en el espacio profundo
Antes de llegar a Artemis 4, la NASA prepara el lanzamiento de Artemis 2 (previsto entre febrero y abril de 2026), la primera misión tripulada del cohete SLS y la nave Orión.
Los astronautas Reid Wiseman, Victor Glover, Christina Koch y Jeremy Hansen viajarán alrededor de la Luna durante 10 días para poner a prueba los sistemas y, al mismo tiempo, convertirse en sujetos de un estudio biomédico pionero.
La iniciativa ARCHeR analizará cómo la radiación, el estrés y la falta de gravedad afectan al cuerpo humano, midiendo cambios en inmunidad, nutrición y sueño. También probarán avatares biológicos (cultivos de sangre en chips del tamaño de un pulgar) para estudiar los efectos de la radiación.
Camino hacia Marte
Los resultados de Artemis 2 servirán para diseñar misiones más largas y complejas. Con Artemis 3 (tentativamente en 2027) se busca el primer alunizaje tripulado en más de 50 años, y con Artemis 4 la construcción de una presencia lunar permanente.
En palabras de la NASA, la secuencia de misiones Artemis constituye un puente entre el presente y la exploración interplanetaria, preparando el terreno para que Marte deje de ser un sueño y se convierta en el próximo gran destino de la humanidad.