Salud. – Las enfermedades cardiovasculares (ECV) continúan siendo la principal causa de mortalidad a nivel global, responsables de una de cada tres muertes en 2023, según el más reciente informe del Estudio de la Carga Mundial de Enfermedad (GBD, por sus siglas en inglés), publicado por la Universidad de Washington en la revista Journal of the American College of Cardiology (JACC).
Un panorama global alarmante
El estudio revela que las ECV provocaron 19.2 millones de muertes en 2023, un aumento considerable respecto a los 13.1 millones registrados en 1990. Además, fueron responsables de 437 millones de años de vida ajustados por discapacidad (AVAD), lo que representa un crecimiento del 40 % en comparación con 1990.
Las principales causas cardiovasculares de AVAD fueron la cardiopatía isquémica, la hemorragia intracerebral, el ictus isquémico y la cardiopatía hipertensiva.
Factores de riesgo y tendencias
El informe indica que el 79.6 % de los AVAD por ECV estuvieron asociados a factores de riesgo modificables, con un aumento de casi 100 millones de casos desde 1990. Entre ellos destacan:
-
Presión arterial alta, el principal factor de riesgo en 2023.
-
Obesidad y diabetes, reflejadas en el crecimiento de índices elevados de masa corporal y glucemia.
-
Factores ambientales, como la contaminación del aire (responsable de casi 4 millones de muertes en 2023), la exposición al plomo y las temperaturas extremas.
-
Conductas nocivas, como el consumo de tabaco, la mala alimentación, la inactividad física y el abuso de alcohol.
Por el contrario, la reducción en la exposición al tabaco y a la contaminación del aire doméstico ha compensado parcialmente la creciente carga de enfermedad.
Diferencias geográficas y desigualdades
El informe evidencia amplias variaciones regionales y nacionales en la carga de ECV, incluso entre países con economías similares. Oceanía presentó las tasas más altas relacionadas con la contaminación atmosférica, mientras que Asia Central y el Norte de África mantienen una fuerte exposición al plomo.
En la mayoría de las regiones, los hombres registraron tasas de mortalidad cardiovascular más altas que las mujeres, con un incremento significativo del riesgo a partir de los 50 años.
Llamado a la acción
El profesor Gregory A. Roth, autor principal del estudio, señaló que estos hallazgos deben servir de guía para que cada país adapte sus políticas sanitarias a los riesgos más relevantes de su población.
“Al abordar los riesgos más importantes y prevenibles, con políticas eficaces y tratamientos de eficacia comprobada y rentables, podemos trabajar para reducir la mortalidad prematura por enfermedades no transmisibles”, afirmó Roth.
El informe fue presentado en un evento paralelo a la 80ª Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNU 80)titulado “La carga mundial de las ECV: nuevos conocimientos para impulsar el progreso”, donde se destacó la necesidad urgente de priorizar la salud cardiovascular en la agenda global.