Ginebra, Suiza.– La Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzó una seria advertencia este lunes al señalar que los cigarrillos electrónicos están alimentando una nueva ola de dependencia a la nicotina, con especial impacto en niños y adolescentes.
Según los datos presentados por la agencia de Naciones Unidas, se estima que en el mundo existen más de 100 millones de usuarios de cigarrillos electrónicos, de los cuales al menos 15 millones son adolescentes de entre 13 y 15 años, concentrados principalmente en países de altos ingresos.
“Los cigarrillos electrónicos alimentan una nueva ola de dependencia a la nicotina y pueden comprometer décadas de progreso en la lucha contra el tabaquismo”, advirtió Etienne Krug, director de los determinantes de la salud, la promoción y la prevención en la OMS.
La industria apunta a los jóvenes
La OMS denunció que la industria del tabaco y el vapeo promueve estos productos como “alternativas menos dañinas”, cuando en realidad buscan captar a las nuevas generaciones para mantener altos los niveles de consumo global.
El organismo recordó que mientras el número de fumadores tradicionales disminuyó de 1,380 millones en 2000 a 1,200 millones en 2024, la población mundial aumentó, lo que refleja un cambio de estrategia de las tabacaleras hacia los productos electrónicos.
Impacto en la salud pública
El tabaquismo sigue siendo una de las principales amenazas sanitarias:
-
Más de 7 millones de muertes anuales se atribuyen al consumo directo de tabaco.
-
Más de un millón de fallecimientos cada año corresponden a la exposición pasiva al humo.
La OMS advirtió que, bajo la apariencia de ser menos dañinos, los cigarrillos electrónicos exponen a los jóvenes a altos niveles de nicotina, generando una dependencia temprana y potencialmente irreversible.
Un reto urgente
El organismo internacional pidió reforzar las políticas de salud pública, aplicar mayores restricciones al marketing de estos productos y promover campañas educativas que alerten sobre sus riesgos reales.
“Las cifras son alarmantes. Estos dispositivos no son herramientas de reducción de riesgos, sino mecanismos para enganchar a una nueva generación”, enfatizó la OMS.