Quito.– El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, resultó ileso tras un ataque con piedras y presuntos disparos contra el vehículo en el que se trasladaba el martes hacia la provincia de Cañar, en el marco de las protestas indígenas que rechazan la eliminación del subsidio al diésel.
La ministra de Ambiente y Energía, Inés Manzano, confirmó que el automóvil presidencial presentó “signos de bala” y denunció el hecho como un intento de asesinato. “Aparecieron 500 personas y le estuvieron lanzando piedras a la caravana, y, obviamente, también hay signos de bala en el carro del presidente”, explicó la funcionaria.
El ataque en medio de las protestas
Videos difundidos por la presidencia muestran el momento en que la caravana fue agredida: se escuchan gritos de “¡agáchense!” mientras piedras y objetos contundentes golpean los vidrios de los vehículos. Desde el exterior, imágenes captaron a manifestantes —algunos con vestimenta tradicional indígena— lanzando piedras y palos mientras sonaban las sirenas de escolta.
El convoy presidencial se dirigía a inaugurar una planta de tratamiento de agua en Cañar. Horas más tarde, Noboa participó en un acto público en Cuenca, a unos 70 kilómetros, donde aseguró:
“Esas agresiones no se aceptan en el nuevo Ecuador. La ley aplica para todos. No vamos a permitir que un grupo de vándalos evite que trabajemos por ustedes”.
Reacciones internacionales y condena
El ataque generó preocupación en la comunidad internacional. El secretario general de la OEA, Albert Ramdin, lo calificó como un “atentado contra la democracia”, subrayando que “estos actos de violencia constituyen una amenaza a la estabilidad y la convivencia pacífica”.
El organismo exhortó a los ecuatorianos a mantener el diálogo y a respetar los principios democráticos en medio de la crisis social.
Investigación y detenidos
La ministra Manzano informó que el gobierno presentó una denuncia por tentativa de asesinato ante la Fiscalía. Cinco personas fueron arrestadas y serán investigadas por terrorismo, un delito que puede ser castigado con hasta 30 años de prisión.
Sin embargo, el líder indígena Yaku Pérez denunció que los detenidos habrían sido confundidos y que no participaron en la protesta, señalando un posible exceso de la fuerza pública, que utilizó gases lacrimógenos para dispersar la movilización.
Contexto de las protestas
Desde el 22 de septiembre, Ecuador enfrenta una ola de protestas lideradas por la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie), en rechazo a la eliminación del subsidio al diésel, cuyo precio pasó de 1,80 a 2,80 dólares por galón.
La medida, implementada por el gobierno de Noboa, ha incrementado el costo de vida, especialmente en las zonas rurales y agrícolas. Según cifras oficiales y de ONG de derechos humanos, las movilizaciones han dejado:
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1 manifestante fallecido por impacto de bala.
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160 heridos entre civiles, policías y militares.
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110 detenidos en diferentes provincias.
Noboa, quien gobierna desde 2023 en medio de una fuerte confrontación con el crimen organizado, ha asegurado que entre los manifestantes existen “infiltrados de mafias criminales”, incluyendo al Tren de Aragua, aunque no ha presentado pruebas concretas.
Un país en tensión
La población indígena representa 8 % de los 17 millones de habitantes de Ecuador, aunque organizaciones aseguran que el número asciende al 25 %, según estudios independientes. Estas comunidades han sido históricamente actores clave en la vida política ecuatoriana y han encabezado movilizaciones que han tumbado gobiernos en el pasado.
La agresión contra el presidente Noboa se suma a semanas de violencia y tensión social que ponen a prueba la estabilidad política y democrática del país.