El dominicano de los Cerveceros combina pasión, disciplina y orgullo nacional en una temporada consagratoria
MILWAUKEE.– En la antesala del Juego 1 de la Serie de Campeonato de la Liga Nacional, tres jóvenes talentos de los Cerveceros de Milwaukee —Freddy Peralta, Jackson Chourio y Abner Uribe— compartieron una conferencia de prensa marcada por orgullo y emoción.
El momento más simbólico llegó cuando Uribe, el enérgico relevista derecho, desplegó con orgullo la bandera de la República Dominicana sobre la mesa.
La primera pregunta no tardó en llegar, y su respuesta reflejó la esencia de su trayectoria: inspiración, identidad y legado.
“Cuando era joven siempre me gustó Yordano Ventura”, confesó Uribe. “Verlo lanzar con tanta pasión y ver cómo llevaba la bandera dominicana siempre conmigo me marcó. Ahora me toca a mí hacer lo mismo. Es un orgullo estar aquí con mi bandera”.
Inspiración y herencia dominicana
El recuerdo del fallecido lanzador Yordano Ventura, quien murió trágicamente en 2017, sigue vivo en muchos jóvenes peloteros dominicanos. Para Uribe, su figura representa una mezcla de energía, agresividad y autenticidad en el montículo.
“La forma en que celebro, la vibra que tengo en el montículo, todo eso viene de él”, explicó. “Me encantaba cómo era Yordano, sin miedo a nadie, con esa actitud de guerrero. De ahí viene mi estilo y mi manera de disfrutar el juego”.
Su rendimiento en la actual temporada confirma que no solo ha heredado el espíritu competitivo de Ventura, sino que también está escribiendo su propia historia en las Grandes Ligas.
De las lesiones al dominio absoluto
Uribe, de 24 años, firmó una temporada regular excepcional, registrando una efectividad de 1.67 en 75.1 entradas, con 90 ponches y apenas tres cuadrangulares permitidos.
En la postemporada, su dominio ha continuado: tres innings perfectos en dos apariciones, sin permitir carreras ni imparables.
Su labor ha sido clave en un bullpen de Milwaukee que ha sido la piedra angular del equipo, con apenas cuatro carreras limpias en 30 entradas, limitando a los rivales a un promedio ofensivo de .176.
Pero el éxito actual de Uribe está construido sobre una base de resiliencia y disciplina. La temporada pasada, una combinación de lesiones y altibajos lo llevó de vuelta a las ligas menores, tras dejar una efectividad de 6.91 en apenas 14 juegos en la Gran Carpa.
“Cuando estás lesionado tienes mucho tiempo para pensar”, reflexionó el lanzador. “Ahí aprendí a valorar la disciplina: trabajar cada día con un propósito, establecer metas, y seguir creciendo como jugador y como persona”.
Una nueva estrella con sello dominicano
Uribe no solo destaca por su poderosa recta y su imponente presencia en el montículo, sino también por el carisma y energía que transmite en cada lanzamiento. En una franquicia con una rica historia de peloteros latinoamericanos, su nombre comienza a brillar con luz propia.
Su historia encarna el espíritu de superación y orgullo nacional que ha caracterizado a los jugadores dominicanos en las Grandes Ligas: una combinación de talento natural, pasión inquebrantable y amor por la bandera.
Mientras los Cerveceros continúan su camino en los playoffs, Abner Uribe sigue construyendo su legado —uno que ya trasciende las estadísticas—, llevando en cada lanzamiento el símbolo de su país y la inspiración de quienes abrieron el camino antes que él.
“Representar a la República Dominicana en este escenario es algo que no tiene precio”, dijo con una sonrisa. “Cada vez que salgo al montículo, lo hago por mi gente, por mi familia y por todos los que sueñan con estar aquí algún día”.