Internacional. – OpenAI ha dado un paso trascendental en la evolución de la inteligencia artificial con la integración de capacidades avanzadas de análisis visual en sus modelos más recientes, denominados o3 y o4-mini. Estas nuevas versiones del sistema que da vida a ChatGPT ahora pueden identificar con precisión la ubicación exacta desde la que fue tomada una fotografía, mediante un proceso que combina visión computacional, razonamiento contextual y capacidades autónomas.
Este avance, denominado por algunos expertos como “geoadivinación”, permite a ChatGPT detectar y analizar elementos visuales clave en una imagen —como edificios, señalización, características geográficas o tipografía— para deducir su procedencia geográfica con sorprendente exactitud.
Un sistema que ‘piensa con imágenes’
Los modelos o3 y o4-mini han incorporado lo que OpenAI describe como la capacidad de “pensar con imágenes”, lo que implica entrelazar la información visual directamente con su cadena de razonamiento textual. Esto permite al sistema no solo describir lo que ve, sino inferir, buscar, ampliar zonas clave y correlacionar referencias visuales con datos geográficos.
“ChatGPT desglosa su proceso paso a paso, identificando elementos relevantes en la imagen y justificando su hipótesis sobre la ubicación, que puede incluir una dirección y un mapa”, explicó el investigador y divulgador de IA Ethan Mollick, quien probó la funcionalidad y la destacó en su cuenta de X (antes Twitter).
Comportamiento de agente: una IA más autónoma
Otra novedad clave en estos modelos es su comportamiento autónomo tipo agente, que le permite a ChatGPT ejecutar tareas encadenadas, buscar información adicional en línea (cuando está habilitado), y utilizar herramientas digitales como si fuese un asistente digital con iniciativa propia. Esta evolución refuerza su utilidad en campos como periodismo, seguridad, turismo, investigación forense y análisis de contenido.
Aunque todavía existen limitaciones en precisión y contexto, especialmente con imágenes ambiguas o manipuladas, el potencial de esta tecnología abre la puerta a usos tan variados como la localización de escenas, validación de contenido o reconstrucción de recorridos.
Implicaciones éticas y privacidad
El avance también ha reavivado el debate sobre la privacidad y el uso responsable de la inteligencia artificial, ya que la posibilidad de identificar ubicaciones a partir de imágenes personales o compartidas en redes sociales podría tener implicaciones en seguridad digital, anonimato y geolocalización involuntaria.
OpenAI no ha anunciado aún una versión pública con acceso completo a estas funciones, pero se espera que formen parte de las capacidades avanzadas disponibles para suscriptores de nivel profesional y desarrolladores autorizados.