Puerto Príncipe, Haití. – A un año de haber asumido funciones, el Consejo Presidencial de Transición (CPT) de Haití se encuentra estancado en el cumplimiento de sus principales objetivos: restablecer la seguridad, impulsar reformas constitucionales e institucionales y encaminar al país hacia elecciones democráticas.
Instaurado el 25 de abril de 2024, tras la renuncia del entonces primer ministro Ariel Henry, el CPT nació como parte de un acuerdo político para una transición pacífica y ordenada. Sin embargo, doce meses después, la institución enfrenta crecientes cuestionamientos por su ineficacia y por la falta de resultados tangibles en un país sumido en la violencia, la crisis humanitaria y la inseguridad generalizada.
Un balance pobre en medio del colapso
La población haitiana, agobiada por una crisis multidimensional, muestra impaciencia ante las reiteradas promesas incumplidas del CPT. Las principales metas establecidas en su hoja de ruta —como la recuperación económica, el fortalecimiento institucional, la celebración de elecciones y la garantía de derechos fundamentales— siguen sin avances significativos.
Aunque se ha creado un Consejo Electoral Provisional y se han realizado algunas consultas sobre el referéndum constitucional, el contexto de violencia ha imposibilitado avances más sólidos. Las bandas armadas, que ya controlaban el 80 % del área metropolitana de Puerto Príncipe en abril de 2024, han ampliado su dominio al 85 % del territorio urbano, ejerciendo un control de facto sobre vastas zonas del país.
Crisis humanitaria en ascenso
Desde que el CPT asumió el poder, el número de desplazados internos ha superado el millón de personas —más de la mitad menores de edad—, muchas de las cuales sobreviven en campamentos improvisados en condiciones precarias. Organizaciones humanitarias alertan que más de 5,7 millones de haitianos enfrentarán inseguridad alimentaria aguda antes de junio.
Las acciones del CPT se han limitado a la distribución esporádica de alimentos y kits básicos, mientras miles de desplazados exigen soluciones estructurales y urgentes. Las manifestaciones en demanda de seguridad han sido reprimidas con violencia por la Policía Nacional.
Fracaso en el combate a las pandillas
A pesar del despliegue de la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad liderada por Kenia, la violencia ha escalado. Dos miembros de esa misión fueron asesinados, y la ola de homicidios, emboscadas y masacres continúa en barrios como Cité-Soleil, Kenscoff y Mirebalais, con más de 5.600 muertes reportadas en 2024.
El Consejo, que ha contado con tres presidentes rotativos (Edgard Leblanc Fils, Leslie Voltaire y Fritz Alphonse Jean), tampoco ha logrado constituir el órgano de control de la gestión gubernamental, clave para garantizar la rendición de cuentas durante esta etapa de transición.
Rumbo incierto hacia 2026
El mandato del CPT finaliza el 7 de febrero de 2026, fecha en que debería asumir un presidente electo en las urnas. No está prevista ninguna prórroga, lo que incrementa la presión sobre los actuales dirigentes para organizar comicios y garantizar un mínimo de estabilidad institucional.
Sin avances visibles ni un calendario electoral concreto, Haití se encamina hacia una nueva etapa de incertidumbre, con el riesgo latente de otra transición fallida.