Ciudad del Vaticano – En vísperas del inicio del cónclave que elegirá al nuevo líder de la Iglesia católica, los cardenales electores han coincidido en la necesidad de que el próximo papa sea “un pastor cercano a la vida concreta de las personas” y no un simple gestor o burócrata, según los resúmenes presentados por la oficina de prensa del Vaticano tras las 12 congregaciones generales.
“El perfil trazado es el de una figura presente, cercana, capaz de tender puentes y guiar a una humanidad desorientada en un mundo marcado por la crisis del orden internacional”, explicó el portavoz vaticano, Matteo Bruni.
El sucesor del papa Francisco —fallecido recientemente— deberá afrontar desafíos globales como la guerra, el cambio climático, las divisiones internas en la Iglesia, la crisis migratoria y los escándalos de abusos sexuales. En ese sentido, los cardenales han pedido que sea un “pontífice constructor de puentes, maestro de humanidad y rostro de una Iglesia samaritana”.
También se ha subrayado la necesidad de que mantenga una visión misionera y abierta, capaz de dialogar con otras religiones y culturas, y de guiar a la Iglesia hacia una mayor comunión, sin cerrarse en sí misma.
La urgencia de unir a una Iglesia fragmentada ha sido uno de los temas más recurrentes en los encuentros previos al cónclave. A ello se suma la exigencia de una firme responsabilidad en la lucha contra los abusos sexuales y el compromiso con la protección de los fieles, como expresó la Comisión para la Protección de Menores.
En cuanto a las características personales del próximo pontífice, varios cardenales, según fuentes cercanas, han mostrado reservas hacia perfiles excesivamente técnicos o fríos. “No hace falta un burócrata, sino un líder con experiencia espiritual y también cierta capacidad de gobierno, dadas las complejidades financieras, canónicas y legales del Vaticano”, comentan observadores en Roma.
Por otra parte, aunque no hay reglas escritas, parece improbable que se elija a un nuevo papa jesuita, como lo fue Francisco, o a un latinoamericano. También se descarta, según algunos expertos, que sea un cardenal “joven” (entre 50 y 60 años), pues ello implicaría un pontificado potencialmente demasiado prolongado.
Entre las órdenes religiosas, algunos señalan la posibilidad de que esta vez el elegido provenga de otra familia religiosa, como los salesianos.