Ciudad del Vaticano. – La Iglesia Católica dio este martes un paso decisivo hacia la elección de su nuevo líder. Los 133 cardenales electores iniciaron la tradicional procesión hacia la Capilla Sixtina, donde quedarán encerrados en cónclave hasta elegir al 267º papa de la historia, sucesor del papa Francisco.
La jornada comenzó en la Capilla Paulina a las 16:30 horas locales (14:30 GMT), donde los cardenales participaron de una oración presidida por el secretario de Estado, Pietro Parolin. El cardenal Parolin, quien encabeza el orden de los obispos dentro del cónclave debido a la edad del decano Giovanni Battista Re, recordó solemnemente en latín que su misión es “elegir al Romano Pontífice” y que toda la Iglesia los acompaña en oración para que elijan “un digno pastor del rebaño de Cristo”.
Ritual solemne y simbólico
La procesión fue encabezada por una cruz, seguida por miembros de la Capilla Musical Pontificia, ceremonieros y el Maestro de las Celebraciones Litúrgicas, monseñor Diego Ravelli. También acompañó el predicador de la Casa Pontificia, el padre Raniero Cantalamessa, quien dirigirá la meditación previa al inicio de las votaciones.
Los cardenales avanzaron en orden inverso de precedencia —diáconos, presbíteros y finalmente obispos— entonando la Letanía de los Santos, una invocación a las figuras más veneradas del cristianismo.
El cortejo recorrió la imponente Sala Regia hasta la Capilla Sixtina, recinto que desde 1878 acoge el cónclave. Allí, rodeados de los frescos de Miguel Ángel, los cardenales rezarán el himno latino Veni Creator Spiritus (“Ven, Espíritu Creador”) antes de pronunciar el juramento de secreto y fidelidad.
Primer voto esta misma tarde
Está previsto que se realice una primera votación este mismo día. A partir de entonces, los cardenales celebrarán a diario la misa Pro eligendo Pontifice, implorando la guía del Espíritu Santo hasta alcanzar los dos tercios necesarios para la elección del nuevo pontífice.
La Capilla Paulina, punto de partida de la procesión, fue mandada construir por el papa Paulo III en el siglo XVI y alberga dos de las últimas obras maestras de Miguel Ángel: La conversión de San Pablo y La crucifixión de San Pedro.
Con el inicio del cónclave, el mundo católico entra en días de espera y oración, atentos al momento en que el humo blanco anuncie al nuevo líder de los más de 1.300 millones de fieles en todo el planeta.