Ciudad del Vaticano. La elección de un nuevo papa no solo tiene relevancia espiritual y geopolítica, también implica un considerable desembolso económico. Aunque el Vaticano no divulga cifras actuales, el precedente más cercano da una idea del costo millonario que conlleva organizar un cónclave.
En 2005, tras la muerte de Juan Pablo II y la elección de su sucesor, Benedicto XVI, el Vaticano gastó aproximadamente 7 millones de euros, según estimaciones de entonces. Esa cifra cubrió tanto los funerales como los gastos del cónclave, incluyendo la logística, las ceremonias y los preparativos dentro de la Capilla Sixtina.
Miles de fieles y una gran operación logística
Con la renuncia del papa Francisco, miles de fieles comenzaron a congregarse en la plaza de San Pedro desde este miércoles para seguir de cerca el proceso de elección del próximo pontífice.
Aunque el Vaticano no ha ofrecido detalles sobre el gasto actual, se sabe que asume los costos de organización litúrgica y ceremonial, mientras que el Estado italiano se encarga de la seguridad, especialmente en los alrededores del Vaticano, donde se despliega un amplio operativo policial.
Un evento de alcance global
El cónclave, además de ser un momento clave para la Iglesia católica, es un evento seguido en todo el mundo, lo que obliga a movilizar recursos de comunicación, transmisión en vivo, alojamiento para los cardenales electores y medidas extraordinarias para garantizar el secreto y la seguridad del proceso.