La higiene de manos es fundamental para prevenir infecciones y proteger la salud pública. Según la OMS, hasta el 80% de las enfermedades infecciosas se transmiten por las manos, lo que hace de esta práctica una de las más efectivas y económicas para reducir la propagación de enfermedades como las respiratorias y diarreicas, así como infecciones hospitalarias.
El Día Mundial de la Higiene de Manos, celebrado cada 5 de mayo, busca sensibilizar sobre la importancia de esta acción diaria. La higiene de manos, además de prevenir infecciones, disminuye la resistencia antimicrobiana, un desafío global en el tratamiento de enfermedades.
En el ámbito hospitalario, la correcta higiene de manos es crucial para la seguridad del paciente. Fuera del entorno clínico, la educación sobre higiene en escuelas y comunidades también contribuye a la reducción de enfermedades infecciosas.
Sin embargo, la falta de acceso a agua potable y saneamiento básico sigue siendo un reto, especialmente en regiones vulnerables, limitando la efectividad de los esfuerzos preventivos.
Además, el uso excesivo de guantes desechables durante la pandemia generó un impacto ambiental significativo, lo que lleva a promover un uso racional de Equipos de Protección Personal (EPP).
En resumen, la higiene de manos es una práctica vital que salva vidas, mejora la salud pública y reduce el impacto ambiental, siendo una responsabilidad global.