Pekín — La República Popular China ha iniciado la implementación de un ambicioso proyecto tecnológico que podría transformar el procesamiento global de datos: la “Three-Body Computing Constellation”, una red compuesta por 2,800 satélites equipados con inteligencia artificial, diseñados para operar como una supercomputadora distribuida en órbita terrestre.
La iniciativa fue confirmada por fuentes oficiales del gobierno chino el pasado 19 de mayo, y ha generado un amplio interés en la comunidad internacional por su escala, innovación tecnológica y posibles implicaciones estratégicas.
Primera fase: lanzamiento de los primeros 12 satélites
La primera etapa del proyecto fue ejecutada con éxito desde el Centro Espacial de Wenchang, con el lanzamiento de 12 satélites dotados de procesadores capaces de realizar hasta 744 teraoperaciones por segundo, y una capacidad de almacenamiento de 30 terabytes por unidad.
Estos satélites se comunican entre sí mediante enlaces láser de alta velocidad, conformando una red interconectada que funcionará como un único sistema de cómputo distribuido. Según las proyecciones del programa, una vez completado, el sistema alcanzará una capacidad total estimada de 1.000 petaoperaciones por segundo.
Ventajas operativas y sostenibilidad
A diferencia de las supercomputadoras terrestres, esta constelación se beneficiará de las condiciones únicas del espacio exterior, como la refrigeración natural y la disponibilidad constante de energía solar mediante paneles de alta eficiencia. Esto permite un rendimiento sostenido con una considerable mejora en términos de sostenibilidad energética y reducción de costos operativos a largo plazo.
Aplicaciones estratégicas del sistema
El “Three-Body Computing Constellation” está concebido para servir a múltiples fines estratégicos, tanto civiles como gubernamentales. Entre sus aplicaciones se destacan:
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Modelado climático de alta resolución
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Monitoreo y respuesta ante catástrofes naturales
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Investigación y observación astronómica avanzada
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Inteligencia geoespacial aplicada a la seguridad nacional
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Desarrollo y entrenamiento de modelos de inteligencia artificial de gran escala
El proyecto representa un salto cualitativo en la infraestructura digital global, al desplazar parte del procesamiento de datos desde la Tierra hacia la órbita baja, y abre una nueva etapa en la convergencia entre tecnología espacial e inteligencia artificial.
Impacto geopolítico y perspectivas futuras
Está previsto que la constelación esté completamente operativa en un plazo de tres años, marcando un antes y un después en la historia de la computación espacial. La iniciativa es observada de cerca por otras potencias tecnológicas como Estados Unidos, la Unión Europea e India, que podrían acelerar el desarrollo de programas similares como respuesta estratégica al despliegue chino.
Con esta apuesta tecnológica, China refuerza su posición en la carrera global por el liderazgo en inteligencia artificial, infraestructura orbital y computación de alto rendimiento, consolidándose como un actor clave en la definición del futuro tecnológico global.