Kiev — El Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) anunció este martes que llevó a cabo una operación especial que logró dañar los cimientos del puente de Kerch, la infraestructura que conecta la península de Crimea con Rusia continental. Según el organismo ucraniano, la acción se ejecutó sin bajas civiles y se utilizaron 1.100 kilogramos de explosivos colocados bajo el agua.
“La operación duró varios meses. Agentes del SBU colocaron minas en los cimientos de esta estructura ilegal. Y hoy, sin ninguna baja entre la población civil, a las 04:44 (hora local), el primer explosivo fue activado”, detalló el SBU en un comunicado oficial, acompañado de un video y una fotografía del daño ocasionado al puente.
Se trata del tercer ataque confirmado por Ucrania contra esta estratégica vía desde el inicio de la invasión rusa en 2022. El puente de Kerch, inaugurado en 2018 por el presidente ruso Vladímir Putin, simboliza la anexión de Crimea por parte de Moscú en 2014 y es considerado un objetivo militar legítimo por Kiev.
“Crimea es Ucrania”
El director del SBU, Vasyl Maliuk, supervisó personalmente la operación y afirmó que el puente “es un objetivo absolutamente legítimo” por conectar a Rusia con un territorio ucraniano ocupado, además de servir como “arteria logística principal para el abastecimiento militar ruso”.
“Crimea es Ucrania y cualquier manifestación de la ocupación recibirá una respuesta contundente”, aseguró Maliuk.
Golpes en la retaguardia rusa
Este ataque se suma a otras acciones recientes por parte de Ucrania en la retaguardia rusa. El pasado domingo, Kiev afirmó haber llevado a cabo una de sus operaciones más ambiciosas hasta la fecha, al atacar varias bases aéreas rusas en el interior del país con drones, alcanzando más de 40 aviones de combate.
De acuerdo con el informe del Estado Mayor de Ucrania publicado este martes, Rusia habría perdido 12 aviones en ese ataque, mientras que el resto habrían sufrido daños parciales.
El puente de Kerch, pieza clave para las comunicaciones y la logística del Ejército ruso en el sur de Ucrania, ha sido blanco de múltiples ataques desde el inicio del conflicto. La operación de este martes marca un nuevo episodio en la guerra encubierta y asimétrica que Kiev mantiene contra infraestructuras críticas bajo control ruso.