El cáncer representa una amenaza creciente para la calidad y la esperanza de vida en América Latina. Datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) indican que en 2022 más de 4.2 millones de personas fueron diagnosticadas con esta enfermedad, con una proyección de incremento del 59.3 % para 2045. En República Dominicana, tan solo en 2020 se reportaron más de 14,000 nuevos casos y más de 8,500 muertes relacionadas con el cáncer.
Frente a este panorama, la innovación médica se posiciona como una herramienta clave. Investigadores del sistema de salud Mass General Brigham, referente global en investigación clínica, están liderando el uso de la inteligencia artificial (IA) para transformar el abordaje del cáncer, desde la detección temprana hasta el acompañamiento del paciente. Mediante modelos de lenguaje avanzados y tecnologías de vanguardia, están desarrollando herramientas que aumentan la precisión médica, reducen la carga clínica y mejoran significativamente la experiencia del paciente.
Una de las iniciativas más relevantes ha sido la implementación de un modelo de IA de código abierto para detectar efectos adversos por inmunoterapia. Este tipo de tratamiento, basado en inhibidores de puntos de control inmunitario (ICI), activa el sistema inmune para combatir células malignas, pero también puede generar inflamación en órganos, conocida como eventos adversos inmunorrelacionados (irAE). Los métodos tradicionales para detectar estas reacciones, como la revisión manual de expedientes o el uso de códigos médicos, resultan lentos o imprecisos. Con el nuevo modelo, los investigadores lograron reducir el tiempo de análisis de 15 minutos a solo 9 segundos por caso, con una precisión del 94.7 %, superando ampliamente los métodos convencionales. La tecnología fue validada con más de 7,500 expedientes médicos y ha sido compartida con 11 instituciones médicas en Estados Unidos.
Otro avance significativo es el desarrollo de un modelo fundacional de análisis de imágenes médicas, liderado por el Dr. Hugo Aerts, director del Programa de Inteligencia Artificial en Medicina de Mass General Brigham. Esta herramienta fue entrenada con más de 11,000 lesiones detectadas en tomografías computarizadas, utilizando un enfoque de preentrenamiento auto supervisado que le permitió identificar patrones clave en imágenes clínicas con gran precisión, incluso con datos limitados. El modelo demostró su eficacia al clasificar correctamente la localización de lesiones y predecir tanto la malignidad de nódulos pulmonares como el pronóstico del cáncer de pulmón de células no pequeñas. Su capacidad para trabajar con pocos ejemplos lo convierte en una solución prometedora para el diagnóstico de cánceres poco comunes.
En el ámbito de la comunicación médico-paciente, se evaluó el uso de ChatGPT-4.0 para responder preguntas frecuentes de pacientes con cáncer a través de portales digitales. En el 80 % de los casos, los especialistas concluyeron que las respuestas generadas por la IA no requerían modificaciones. Según la Dra. Danielle S. Bitterman, radiooncóloga del Brigham and Women’s Hospital, este tipo de asistencia puede reducir significativamente la carga de trabajo del personal clínico y mejorar la atención al paciente. Sin embargo, advierte sobre los riesgos de automatizar respuestas sin una revisión rigurosa, incluyendo la posibilidad de errores clínicos poco frecuentes pero significativos, así como el sesgo de automatización, es decir, la tendencia a aceptar sin cuestionamientos las sugerencias generadas por estos sistemas.
Los avances impulsados por el equipo de Mass General Brigham evidencian el potencial transformador de la inteligencia artificial en el tratamiento del cáncer. Sin embargo, también destacan la necesidad de una implementación responsable, ética y centrada en la seguridad del paciente. En una región donde la carga del cáncer crece aceleradamente, estas innovaciones ofrecen una nueva esperanza en la lucha contra una de las enfermedades más desafiantes de nuestra era.