Santo Domingo.- En un mundo cada vez más digitalizado, la inteligencia artificial (IA) está emergiendo como una de las principales fuentes de información entre las nuevas generaciones. Desde asistentes virtuales hasta plataformas de noticias automatizadas, los jóvenes están confiando crecientemente en sistemas impulsados por IA para mantenerse actualizados y obtener respuestas a sus preguntas.
Estudios recientes revelan que un alto porcentaje de personas entre 18 y 30 años consulta contenidos generados por inteligencia artificial, ya sea en forma de resúmenes de noticias, recomendaciones personalizadas o respuestas directas en motores de búsqueda conversacionales. La rapidez, accesibilidad y personalización que ofrece la IA son algunas de las razones que explican su popularidad entre este público.
Plataformas como ChatGPT, Google Bard y otros asistentes virtuales han transformado la manera en que se consume información. En lugar de leer artículos largos o consultar fuentes tradicionales, muchos jóvenes optan por interactuar con estos sistemas que condensan datos complejos en explicaciones breves y comprensibles.
Sin embargo, este cambio de paradigma también plantea retos importantes. Expertos advierten sobre la necesidad de garantizar la veracidad y objetividad de los contenidos generados por IA, así como de desarrollar habilidades críticas en los usuarios para evaluar la información que consumen. La falta de transparencia en los algoritmos y el riesgo de desinformación automatizada son preocupaciones recurrentes en el debate público.
A pesar de estos desafíos, la tendencia parece imparable. Medios de comunicación tradicionales ya están integrando inteligencia artificial en sus redacciones, automatizando titulares, generando contenido personalizado y optimizando sus estrategias de distribución.
El futuro del periodismo podría estar cada vez más vinculado al desarrollo de herramientas de IA, lo que obliga tanto a comunicadores como a consumidores a adaptarse a un ecosistema informativo más complejo y tecnológico.
La inteligencia artificial no solo representa una evolución tecnológica, sino también un cambio cultural en la forma en que los jóvenes se relacionan con la información: más inmediata, interactiva y adaptada a sus necesidades individuales.