Washington / Mogadiscio.– Aviones de combate de la Marina de Estados Unidos realizaron recientemente lo que ha sido calificado como “el mayor ataque aéreo de la historia desde un solo portaaviones”, en una ofensiva a gran escala lanzada desde el USS Harry S. Truman, reportó el medio Business Insider este miércoles, citando al almirante James Kilby, jefe interino de operaciones navales.
La operación, que tuvo como objetivo instalaciones del grupo terrorista Estado Islámico (EI) en Somalia, implicó el despliegue de 16 cazas F/A-18 Super Hornet, que lanzaron un total de 125.000 libras (casi 56.700 kilos) de municiones, en lo que se considera una de las mayores andanadas jamás ejecutadas por una sola embarcación de guerra.
El ataque marca la primera intervención militar a gran escala en el extranjero desde el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, en enero de 2025. En una publicación en su red Truth Social, el presidente estadounidense indicó: “He ordenado ataques aéreos de precisión contra el principal planificador de atentados del Estado Islámico y otros terroristas que reclutó y dirigió en Somalia. Estos asesinos, que encontramos escondidos en cuevas, amenazaban a EE.UU. y a nuestros aliados”.
Aunque el portaaviones Harry S. Truman había estado meses desplegado en apoyo de las operaciones contra los hutíes en Yemen, esta ofensiva representó un cambio de foco estratégico hacia el Cuerno de África. El anuncio se produce tras semanas de especulaciones sobre el futuro de la campaña en Yemen.
En ese sentido, el The New York Times reportó recientemente que la administración Trump suspendió los ataques aéreos contra los hutíes, debido a su alto costo y eficacia limitada. Durante el primer mes de operaciones, los rebeldes yemeníes lograron derribar siete drones MQ-9 Reaper, mientras que Estados Unidos habría gastado alrededor de 1.000 millones de dólares en municiones y armamento de alta precisión.
El ataque sobre Somalia se interpreta como un mensaje de fuerza militar y disuasión, al tiempo que subraya el uso intensivo de los portaaviones estadounidenses como plataforma ofensiva en conflictos regionales. Hasta el momento, el Pentágono no ha revelado cifras oficiales sobre bajas o daños ocasionados en el operativo.