Santo Domingo — La diseñadora dominicana Michelle Reynoso inauguró un nuevo ciclo creativo con el lanzamiento de su colección cápsula “PONTO”, una propuesta que celebra la calma del mar, la fuerza de lo esencial y el acto de vestir como un gesto de introspección. El evento, celebrado el lunes 19 de mayo, marcó también el relanzamiento oficial de su tienda y atelier en la Avenida Rómulo Betancourt, en el sector Bella Vista de Santo Domingo.
Más que una colección, PONTO es un manifiesto estético y emocional. El nombre —que en portugués significa “punto”— alude al origen, al instante decisivo donde una elección redefine el camino. Bajo esta premisa, Reynoso presentó piezas únicas elaboradas artesanalmente en pequeñas cantidades, con una paleta que evoca el litoral: blanco salino, beige arena, azul zafiro, dorado nácar y detalles coral.
“Quise regresar al diseño como un espacio de verdad. En un mundo saturado de tendencias efímeras, propongo ropa que calme y abrace”, expresó la diseñadora durante su intervención.
El evento reunió a figuras del diseño local, artistas, estilistas, arquitectos, clientas y medios, en una noche donde se sintió la cohesión entre moda, arte y narrativa. La renovada tienda fue concebida como un espacio de contemplación, en sintonía con los valores de marca: calma, introspección, belleza natural y elegancia atemporal.
Además del lanzamiento físico, Reynoso anunció la apertura internacional de su tienda en línea. Desde el martes 20 de mayo, las piezas de PONTO están disponibles globalmente, como parte de una estrategia de expansión enfocada en el storytelling, el comercio consciente y la construcción de comunidad.
Con esta colección, Michelle Reynoso se posiciona como una de las voces más coherentes y potentes del diseño dominicano contemporáneo. Su trabajo se inscribe en la corriente de creadoras latinoamericanas que entienden la moda como lenguaje cultural, herramienta de empoderamiento femenino y vínculo con lo natural.
PONTO no sigue temporadas, sino emociones. No impone, propone. Invita a una relación más pausada y significativa con el cuerpo, el tiempo y la ropa. Cada prenda cuenta una historia, y con ella, se abre un nuevo capítulo para la moda hecha en el Caribe.