Mascate — En un contexto global marcado por tensiones geopolíticas y conflictos regionales, las negociaciones indirectas entre Irán y Estados Unidos en Mascate, Omán, reaparecen como un factor clave para la estabilidad en Medio Oriente. Ambas delegaciones mantienen conversaciones cautelosas pero optimistas, con la intención de encontrar un terreno común sobre el controvertido programa nuclear iraní.
El acuerdo nuclear original, conocido como Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA) firmado en 2015 entre Irán y el grupo P5+1, limitaba el enriquecimiento de uranio iraní a niveles civiles, a cambio del levantamiento de sanciones económicas internacionales. Sin embargo, la retirada unilateral de Estados Unidos en 2018 bajo la administración Trump y la posterior respuesta iraní de reactivar y acelerar su programa nuclear, tensionaron gravemente las relaciones.
Actualmente, en las conversaciones en Omán, se discuten posibles mecanismos escalonados que permitan a Washington aliviar sanciones a cambio de verificaciones por parte de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) sobre la reducción gradual del enriquecimiento de uranio por parte de Teherán. No obstante, persisten diferencias importantes: Irán exige el levantamiento completo de todas las sanciones, mientras Estados Unidos demanda garantías sólidas de que el programa nuclear iraní no tendrá fines militares.
La incertidumbre en la región es palpable. Israel, firme opositor a un Irán nuclear, mantiene ejercicios militares conjuntos con Estados Unidos y ha advertido sobre posibles acciones preventivas contra instalaciones nucleares iraníes. Arabia Saudita, por su parte, ha mejorado sus relaciones con Teherán pero también impulsa un programa nuclear civil propio, lo que añade complejidad a la dinámica regional.
Actores clave como China y Rusia respaldan el derecho de Irán a la energía nuclear pacífica y apoyan una solución diplomática, mientras la Unión Europea reitera su compromiso con el JCPOA y ha reactivado mecanismos financieros para aliviar la presión económica sobre Irán.
Desde el punto de vista económico, las sanciones estadounidenses han debilitado fuertemente la economía iraní, incrementando la inflación y el desempleo. Washington busca evitar un colapso total que pueda radicalizar aún más al régimen, y algunos expertos proponen un acuerdo parcial que descongele activos iraníes a cambio de restricciones verificables al programa nuclear.
El resultado de estas negociaciones será determinante para evitar un posible escalamiento militar en la región, que además podría afectar el mercado energético global y la estabilidad internacional. Mientras la ventana para un acuerdo amplio se reduce, la diplomacia continúa siendo la mejor opción para contener una crisis que podría tener consecuencias devastadoras.