El gobierno de Estados Unidos, bajo la administración de Donald Trump, anunció la duplicación de los aranceles sobre el acero y aluminio importados, que ahora pueden alcanzar hasta un 50%. Esta medida incrementa la tensión en las negociaciones comerciales con China, la Unión Europea (UE) y otros socios comerciales.
El aumento afectará especialmente a países como Canadá, México, Brasil, Corea del Sur, Vietnam y China, que son grandes exportadores de estos metales a EE.UU. La Casa Blanca justifica la medida argumentando que busca proteger la seguridad nacional y contrarrestar la entrada de excedentes a bajo precio que dañan la competitividad de la industria nacional.
Mientras el Reino Unido mantendrá aranceles del 25% gracias a un acuerdo bilateral, el resto de socios enfrentará la nueva tarifa más alta, lo que ha generado reacciones negativas en Bruselas y otros gobiernos. La Unión Europea busca avanzar en un marco comercial antes de que expire la prórroga para estos “aranceles recíprocos” a principios de julio.
En medio de estas tensiones, el presidente Trump y su homólogo chino Xi Jinping tienen prevista una llamada para intentar desbloquear las negociaciones, aunque Pekín acusa a EE.UU. de violar acuerdos recientes.
La situación añade incertidumbre en el contexto de una guerra comercial que afecta el comercio global y las relaciones económicas internacionales.