Naciones Unidas.– Estados Unidos vetó este miércoles una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que buscaba facilitar el acceso a ayuda humanitaria a gran escala en la Franja de Gaza, devastada por más de ocho meses de conflicto. La iniciativa, presentada por los diez miembros no permanentes del Consejo, recibió el respaldo de los otros 14 miembros, incluidos aliados tradicionales de Washington como Francia y el Reino Unido.
El texto, negociado durante dos semanas, contenía solo tres demandas: alto el fuego, liberación de los rehenes en manos de Hamás y garantizar el suministro masivo de ayuda humanitaria, en un momento en que la ONU alerta sobre una catástrofe sin precedentes en el enclave palestino.
Sin embargo, la representante interina de EE.UU., Dorothy Shea, justificó el veto alegando que el proyecto de resolución era “inaceptable por lo que dice y por lo que omite”. Según Shea, el texto “establece una falsa equivalencia entre Israel y Hamás, lo cual es incorrecto y peligroso”, y criticó la falta de una condena explícita a Hamás o la exigencia de que el grupo se desarme y abandone Gaza.
“Es inexplicable que muchos miembros de este consejo sigan negándose a reconocer que Hamás podría terminar este conflicto mañana mismo si se rinde y abandona sus armas”, expresó Shea, reiterando que su país no apoyará ninguna resolución que no incluya ese requisito. También criticó que la ONU no haya designado oficialmente a Hamás como organización terrorista.
Además, la diplomática estadounidense instó a que se canalice la ayuda humanitaria a través de la Fundación Humanitaria para Gaza (GHF), una iniciativa impulsada por el Gobierno de Israel, que ha sido cuestionada por organizaciones internacionales por su falta de transparencia, suplantación de canales humanitarios tradicionales y por generar situaciones de caos, estampidas y, en algunos casos, matanzas.
Crece el aislamiento de EE.UU. en la ONU
Este es el sexto veto estadounidense a una resolución crítica con Israel desde el inicio de la guerra en Gaza el 7 de octubre de 2023, lo que ha incrementado el aislamiento diplomático de Washington incluso entre sus aliados europeos.
Durante el debate, varios representantes utilizaron un tono inusualmente crítico. La embajadora británica Barbara Woodward calificó como “inhumanas” las acciones israelíes al restringir la entrada de ayuda y atacar a civiles que esperan víveres. “Disparar contra familias hambrientas mientras esperan ayuda no tiene justificación moral ni legal”, dijo.
Por su parte, el embajador de Pakistán ante la ONU, Asim Iftikhar Ahmad, fue tajante: “Esto es el colapso de la humanidad”.
El embajador de Eslovenia, Samuel Zbogar, lamentó el veto estadounidense pese a que, según afirmó, el texto había logrado un “razonable consenso” tras días de negociaciones. “Esta resolución no era perfecta, pero representaba un paso mínimo necesario para aliviar el sufrimiento de millones”, señaló.
Mientras tanto, organizaciones humanitarias y agencias de la ONU continúan alertando sobre el colapso total del sistema sanitario, la hambruna generalizada y el desplazamiento masivo de más de 1.7 millones de personas en Gaza.
Con este nuevo veto, Estados Unidos reafirma su respaldo incondicional a Israel en el foro internacional, pero al costo de una creciente presión y críticas por bloquear esfuerzos humanitarios frente a una crisis que expertos de la ONU han calificado ya como una emergencia de derechos humanos sin precedentes en el siglo XXI.