La República Dominicana, reconocida mundialmente por su turismo, también cuenta con una riqueza minera significativa, al poseer reservas de oro, plata, cobre, hierro, ferroníquel, aluminio, ámbar, bauxita y larimar, esta última piedra semipreciosa exclusiva del país. Según el Ministerio de Energía y Minas (MEM), la minería aporta aproximadamente un 2% al Producto Interno Bruto (PIB) nacional y representa un 7% del valor agregado en el sector industrial durante los últimos cinco años.
En un contexto de apertura económica y dependencia del mercado internacional, la minería se posiciona como un sector contracíclico que ayuda a mantener el equilibrio económico cuando otras industrias sufren impactos. Así lo explicó Joel Santos Echavarría, ministro de Energía y Minas, durante el conversatorio “Minería: ¿Progreso o conflicto? El presente y el futuro de la minería en República Dominicana”, organizado por el Consejo de Desarrollo Económico y Social de Santo Domingo (Codessd).
El ministro destacó que la minería es clave para la estabilidad de la balanza de pagos del país, ya que en 2024 las exportaciones mineras alcanzaron los US$1,712.7 millones, y las recaudaciones del sector sumaron RD$18,000 millones. Afirmó además que el Gobierno apoya la actividad minera, pero enfatizó la importancia de la sostenibilidad ambiental y el fortalecimiento de las condiciones de las comunidades aledañas a las zonas mineras.
Ambos, el Ministerio de Energía y Minas y el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, supervisan y verifican el cumplimiento ambiental de las empresas extractoras. Santos Echavarría insistió en que el desarrollo minero debe reflejarse en un progreso visible para las comunidades, convirtiéndolas en una “vitrina” de los beneficios que aporta la minería.
Por su parte, el director general de Minería, Rolando Muñoz, aseguró que las provincias con actividad minera muestran un desarrollo socioeconómico superior en comparación con aquellas sin minería. Citó como ejemplo que en Sánchez Ramírez el índice de pobreza bajó de 57.8% en 2008 a 41% en 2023, según datos del Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo (Mepyd). Asimismo, Monseñor Nouel, otra provincia minera, registra la pobreza más baja del país, con un 20%.
Sin embargo, Muñoz reconoció que otras provincias como La Altagracia y San Juan mantienen niveles elevados de pobreza, de 51% y 61%, respectivamente, señalando la necesidad de seguir trabajando para que los beneficios de la minería sean más equitativos y contribuyan al desarrollo integral del país.
La minería dominicana se encuentra en una encrucijada: su importancia económica y potencial de desarrollo son evidentes, pero requieren una actualización normativa que refuerce la sostenibilidad ambiental y social, asegurando que las comunidades mineras sean verdaderos beneficiarios del progreso que este sector puede generar.