Oklahoma City, EE. UU. — Con una respuesta contundente tras su ajustada derrota en el primer juego, el Thunder de Oklahoma City mostró por qué ha sido uno de los equipos más consistentes de la temporada al vencer con autoridad 123-107 a los Indiana Pacers, igualando 1-1 la serie final de la NBA.
La figura del encuentro fue, nuevamente, Shai Gilgeous-Alexander, quien firmó una actuación brillante con 34 puntos. Estuvo acompañado por un encendido Alex Caruso, que sumó 20 puntos saliendo desde el banquillo, y aportes sólidos de Jalen Williams (19), Aaron Wiggins (18) y el novato Chet Holmgren (15).
Con este triunfo, Oklahoma City consigue su primera victoria en unas finales de NBA desde el Juego 1 de 2012, cuando enfrentaron a los Miami Heat. Además, el equipo mantuvo su patrón ganador: responder con fuerza cada vez que sufre una derrota. En lo que va de postemporada, el Thunder ostenta un impresionante récord de 18-2.
Gilgeous-Alexander hace historia
La noche también fue histórica para el MVP de la temporada, quien con su primera canasta superó la barrera de los 3,000 puntos combinados en temporada regular y playoffs. Más tarde, superó a Jalen Brunson de los Knicks como máximo anotador de los playoffs 2025, consolidando aún más su candidatura como el jugador más influyente de la postemporada.
“Hicimos algunas cosas bien esta noche. Hicimos algunas cosas mal”, comentó Gilgeous-Alexander. “Tenemos que mejorar y estar listos para el tercer partido”.
Indiana, sin respuesta
Los Pacers, que sorprendieron al venir de atrás en el primer encuentro, no lograron encontrar su ritmo esta vez. Tyrese Haliburton fue su máximo anotador con 17 puntos, seguido por Myles Turner (16) y Pascal Siakam (15). Por segundo juego consecutivo, ningún jugador de Indiana alcanzó los 20 puntos, algo que no ocurría en unas Finales desde los Heat de 2013.
Próximo partido: historia en Indianápolis
El tercer juego de la serie se disputará el miércoles 11 de junio en Indianápolis, marcando la primera vez en 25 años que esa ciudad albergará un partido de las Finales de la NBA. La presión estará sobre Indiana para aprovechar su localía ante un Thunder que ya ha demostrado ser resiliente y demoledor tras cada revés.
Con el ruido en el Paycom Center alcanzando los 100 decibeles, Oklahoma demostró que, cuando se trata de responder a la adversidad, es uno de los equipos más peligrosos del baloncesto actual.