Londres — El Reino Unido ha dado un paso decisivo hacia el futuro de la movilidad con el anuncio de que los ensayos de vehículos autónomos en vías públicas comenzarán oficialmente en la primavera de 2026, adelantándose a los plazos previamente establecidos. La medida forma parte de una estrategia nacional para posicionar al país como líder global en el desarrollo e implementación de tecnologías emergentes, particularmente en el ámbito de la conducción automatizada.
El Departamento de Transporte británico ha confirmado que esta iniciativa busca no solo mejorar la eficiencia del transporte urbano y reducir los niveles de contaminación, sino también dinamizar la economía mediante la creación de un entorno propicio para la innovación. Se estima que el despliegue del transporte autónomo podría generar hasta 42.000 millones de libras en beneficios económicos y crear más de 40.000 empleos en la próxima década.
La nueva normativa permitirá que empresas tecnológicas y automotrices puedan lanzar, mediante aplicaciones móviles, servicios de taxis y autobuses sin conductor en rutas específicas. Estos vehículos estarán dotados de sistemas avanzados de inteligencia artificial, sensores y radares que les permitirán circular de forma segura sin intervención humana, cumpliendo estrictos estándares de seguridad establecidos por las autoridades.
La decisión se alinea con la visión del Reino Unido de convertirse en un laboratorio abierto para la movilidad inteligente, favoreciendo la colaboración entre el sector público y privado. Empresas como Wayve, Oxbotica y Arrival ya han mostrado interés en participar en las pruebas piloto y expandir sus operaciones dentro del país.
Además, el gobierno ha indicado que publicará antes de fin de año un marco regulador definitivo que establecerá las condiciones técnicas y legales para la operación de estos vehículos. Este marco incluirá normativas sobre responsabilidad legal en caso de accidentes, estándares de ciberseguridad y protocolos de interacción con peatones y otros vehículos.
Con esta iniciativa, el Reino Unido se posiciona a la vanguardia de la transformación del transporte urbano, anticipando un escenario en el que la movilidad autónoma será una parte integral de la vida cotidiana, impulsando ciudades más sostenibles, seguras y eficientes.