En 2025, las ciudades están avanzando rápidamente en su transformación hacia modelos más sostenibles, apoyándose en tecnologías de Internet de las Cosas (IoT) para mejorar la eficiencia energética y la gestión de recursos urbanos. La incorporación de turbinas eólicas de última generación con capacidad de hasta 14 megavatios y paneles solares bifaciales de alta eficiencia está impulsando la generación de energía limpia en espacios urbanos limitados.
Estos avances permiten no solo reducir significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero, sino también optimizar el consumo energético en sectores clave como alumbrado público, transporte y redes de agua a través de plataformas inteligentes que monitorean y controlan en tiempo real.
Además, la implementación de sistemas avanzados de captura y almacenamiento de carbono (CCS) contribuye a mitigar la huella de CO₂ en zonas urbanas e industriales, integrándose con las redes inteligentes para lograr una gestión ambiental más eficiente y sostenible.
Este enfoque tecnológico está posicionando a las ciudades como protagonistas en la lucha contra el cambio climático, generando además un impacto económico positivo mediante la creación de empleos especializados y el desarrollo de soluciones innovadoras para un futuro más limpio y resiliente.