El oro ha desplazado al euro como el segundo mayor activo de reserva mundial a precios de mercado en 2024, solo por detrás del dólar estadounidense, de acuerdo con el informe anual sobre la importancia internacional del euro publicado este miércoles por el Banco Central Europeo (BCE).
El documento detalla que, aunque no se han producido cambios estructurales significativos en el uso internacional del euro, los bancos centrales han incrementado sus reservas de oro a un ritmo sin precedentes, impulsados por los elevados precios del metal precioso y las tensiones geopolíticas globales.
Durante 2024, el oro alcanzó máximos históricos, superando incluso los niveles registrados durante la crisis del petróleo en 1979. Esta revalorización llevó la cuota del oro en las reservas oficiales extranjeras al 20 %, por encima del 16 % correspondiente al euro.
Los bancos centrales adquirieron más de 1,000 toneladas de oro durante 2024, más del doble del promedio observado en la década previa. Esta acumulación marcó el mayor volumen desde 1965, en plena era del sistema de Bretton Woods, que finalizó en 1971 con la desvinculación del dólar del oro.
Entre los principales compradores de oro se encuentran países alejados geopolíticamente de Occidente, como Turquía, India y China, que en conjunto sumaron 600 toneladas desde finales de 2021. Según el BCE, esta tendencia responde a un esfuerzo de diversificación de carteras de reservas tras la invasión rusa a Ucrania y las sanciones financieras impuestas por potencias occidentales.
El informe también revela que Rusia ha incrementado el uso de criptoactivos para evadir sanciones internacionales y facilitar sus transacciones de exportación, especialmente en el sector petrolero.
Empresas energéticas rusas habrían utilizado monedas digitales como Tether, bitcoin y ether para concretar pagos, en un intento por sortear restricciones a la conversión de divisas como el renminbi chino o la rupia india a rublos.
El BCE advierte que, si bien las criptomonedas representan aún una fracción menor, su participación en el comercio exterior de Rusia ―valorado en US$192,000 millones solo en petróleo― es una tendencia creciente y preocupante desde el punto de vista de la estabilidad financiera internacional.
El BCE también resalta que países aliados o cercanos a Rusia, como Bielorrusia, Kirguistán y Uzbekistán, han reducido significativamente el uso del euro y del dólar en sus operaciones de comercio exterior. En estos países, la proporción de exportaciones facturadas en estas dos monedas fue entre 10 y 50 puntos porcentuales más baja en 2023 respecto al promedio observado entre 2015 y 2019.
“Existe una correlación clara entre los alineamientos geopolíticos y los cambios en los patrones de uso de divisas en el comercio internacional”, concluye el BCE.