La Habana — La crisis energética que sacude a Cuba desde hace meses alcanzará este miércoles uno de sus picos más severos: hasta un 43 % del país estará sin electricidad de forma simultánea durante las horas de máxima demanda, según informó la Unión Eléctrica (UNE), entidad estatal encargada de la generación y distribución de energía.
La afectación está prevista para el horario pico de la tarde-noche, cuando se estima una capacidad de generación de 2.055 megavatios (MW) frente a una demanda de 3.480 MW, lo que representa un déficit de 1.425 MW. La UNE pronostica una afectación directa de 1.495 MW, aunque ha reconocido que los valores reales suelen superar estas cifras oficiales.
El país enfrenta apagones de hasta 20 horas diarias en extensas zonas del oriente y centro del territorio, incluidas ciudades como Santiago de Cuba y Holguín, mientras que en La Habana los cortes son más breves, aunque frecuentes. En los últimos siete meses se han registrado cuatro apagones nacionales, cuya recuperación ha tomado días completos.
Infraestructura obsoleta y falta de combustible
La grave situación responde a una combinación de factores estructurales. Actualmente, 6 de las 20 unidades termoeléctricas de la isla están fuera de servicio por averías o mantenimiento, y 63 centrales de generación distribuida, así como una central flotante, están detenidas por falta de combustible (diésel y fueloil) o aceite lubricante.
Los problemas se agravan por la imposibilidad del Gobierno de importar combustible suficiente, debido a la falta de divisas. Expertos independientes atribuyen la crisis a una infrafinanciación crónica del sector eléctrico, completamente estatal desde 1959. Por su parte, el Gobierno cubano señala que las sanciones estadounidenses han obstaculizado la inversión y el acceso a recursos clave.
Impacto económico y social
Los apagones han contribuido a una grave recesión: la economía cubana se contrajo un 1,9 % en 2023 y no creció en 2024, manteniéndose por debajo de los niveles prepandemia. Para 2025, el Gobierno prevé un crecimiento del 1 %, aunque economistas advierten que este objetivo podría resultar inalcanzable si persisten los problemas estructurales del sistema energético.
La crisis eléctrica también ha sido un catalizador de protestas sociales en años recientes. Manifestaciones importantes como las de julio de 2021, agosto de 2022 y marzo de 2024 en distintas regiones del país han estado directamente vinculadas a los cortes de electricidad, la escasez de alimentos, medicinas y combustible.
En los últimos días, nuevas protestas locales en Pinar del Río y Bayamo han puesto de relieve el creciente malestar social frente a la crisis, que se mantiene como uno de los principales desafíos para el Gobierno de Miguel Díaz-Canel.