Santo Domingo, 24 de junio de 2025 – Con la llegada del verano, los días más largos y soleados se presentan como una oportunidad ideal para adoptar hábitos saludables que impacten positivamente el cuerpo y la mente. Entre ellos, caminar al aire libre se consolida como una de las actividades físicas más sencillas, accesibles y efectivas para mejorar el bienestar general, especialmente en esta época del año.
De acuerdo con estudios recientes publicados en la revista Journal of Physical Activity and Health, una caminata diaria de al menos 30 minutos puede reducir significativamente el riesgo de padecer enfermedades crónicas como diabetes tipo 2, hipertensión y afecciones cardiovasculares. A nivel mental, caminar también ha demostrado ser un potente aliado para disminuir el estrés, combatir la ansiedad y favorecer el descanso nocturno, gracias a la liberación de endorfinas, conocidas como las hormonas del bienestar.
Beneficios físicos comprobados
Desde el fortalecimiento muscular hasta la regulación del sistema circulatorio, caminar aporta múltiples beneficios sin necesidad de equipos especializados ni membresías de gimnasio.
“Caminar es un ejercicio de bajo impacto, pero con alto retorno en términos de salud. Ayuda a mantener un peso corporal saludable, mejora la salud ósea y puede incluso prolongar la esperanza de vida si se convierte en una rutina constante”, explicó la doctora María Antonia Vargas, especialista en medicina preventiva del Instituto de Nutrición y Vida Activa.
El hábito de caminar con frecuencia estimula el metabolismo, mejora la resistencia cardiovascular y favorece una mejor oxigenación de los tejidos. En el contexto del verano, además, hacerlo en contacto con la naturaleza puede potenciar estos efectos positivos.
Bienestar mental y conexión con el entorno
A nivel psicológico, caminar al aire libre ofrece un respiro ante el estrés acumulado por las actividades laborales y sociales. Diversos estudios en neurociencia destacan que caminar en entornos naturales —como parques, senderos arbolados o espacios verdes— reduce los niveles de cortisol, una de las principales hormonas relacionadas con el estrés.
Caminar también fomenta una desconexión saludable de los dispositivos digitales, favorece la atención plena (mindfulness) y proporciona un momento de introspección o socialización, según el contexto en que se realice.
“Salir a caminar nos ayuda a reconectar con nuestro entorno y con nosotros mismos. En muchos casos, se convierte en una pausa mental muy necesaria para reducir el ritmo y mejorar el ánimo”, comentó la psicóloga clínica Karla Hernández, del Centro de Bienestar Integral.
Recomendaciones para aprovechar mejor las caminatas veraniegas
Para sacar el máximo provecho de esta actividad durante los meses de verano, los expertos sugieren seguir ciertas pautas básicas de cuidado y planificación:
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Elegir las horas adecuadas: Evitar caminar entre las 11:00 a.m. y las 3:00 p.m., cuando el sol está en su punto más alto. Las caminatas al amanecer o al atardecer son ideales para evitar el calor excesivo.
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Preferir rutas naturales: Parques urbanos, senderos verdes o caminos sombreados ofrecen un entorno más fresco y relajante que las calles asfaltadas o zonas congestionadas.
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Hidratación constante: Llevar agua y tomar pequeños sorbos durante el recorrido ayuda a prevenir golpes de calor y mantener una correcta hidratación.
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Protección solar: Aplicar protector solar de amplio espectro y usar accesorios como gorras o lentes con filtro UV es esencial para cuidar la piel.
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Calzado y ropa adecuados: Zapatos deportivos cómodos, con buen soporte, y ropa ligera de algodón o materiales transpirables permiten caminar con mayor seguridad y confort.
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Incluir compañía o música: Caminar con un amigo, familiar o incluso escuchar música o podcasts puede convertir la caminata en una actividad más placentera y motivadora.
Un hábito al alcance de todos
A diferencia de otras disciplinas deportivas, caminar no requiere habilidades previas ni inversiones significativas. Por ello, expertos en salud pública recomiendan promover este hábito desde edades tempranas, como parte de una cultura de bienestar integral.
Numerosos programas comunitarios y campañas de salud ya han comenzado a incluir caminatas organizadas como estrategia para fomentar estilos de vida más activos y combatir el sedentarismo en la población.
Caminar no solo es una herramienta preventiva poderosa frente a enfermedades no transmisibles, sino también una forma natural y efectiva de mejorar el ánimo, la autoestima y la salud mental en general. En este verano, incorporar caminatas diarias al aire libre puede ser el primer paso hacia un estilo de vida más saludable, equilibrado y consciente.